La decisión de declarar la ley marcial sin justificación suficiente pone en jaque al mandatario, mientras el parlamento se prepara para votar su posible destitución.
En una comparecencia pública este sábado, el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, pidió disculpas a la ciudadanía tras la controversia desatada por la declaración de la ley marcial el pasado martes. “Pido sinceras disculpas por causar preocupación e inconveniencias a la ciudadanía”, expresó Yoon desde la oficina presidencial, en su primera aparición desde que levantó la medida en la madrugada del miércoles.
El mandatario explicó que la declaración de la ley marcial se realizó bajo un “sentido de urgencia” y reconoció su responsabilidad. “No eludiré las responsabilidades legales o políticas derivadas de esa decisión”, señaló, mientras aseguraba que “nunca habrá una segunda declaración de ley marcial”.
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El episodio ha generado intensas críticas desde diversos sectores, incluidos altos mandos del Ejército y diputados de la oposición, quienes tomaron medidas para prevenir una nueva imposición del estado de excepción.
Yoon, enfrentando una creciente presión para abandonar su cargo, anunció que deja en manos de su partido, el gobernante Partido del Poder Popular (PPP), la estabilización política del país y su continuidad en el cargo.
Este sábado, la Asamblea Nacional votará una moción de destitución contra el presidente, impulsada por el bloque opositor, que cuenta con una amplia mayoría de 192 escaños en el parlamento. Para que la moción prospere, se requieren dos tercios de los votos, lo que implica que al menos ocho diputados del PPP deberán respaldarla.
Han Dong-hoon, líder del PPP, pidió públicamente la “inmediata suspensión” de Yoon de sus funciones y calificó de “inevitable” una pronta dimisión para proteger la República de Corea. El partido está deliberando su postura antes de la votación, programada para las 19:00 horas (hora local).
La decisión de Yoon de imponer la ley marcial, considerada injustificada, ha agudizado la crisis política en Corea del Sur, poniendo en duda su capacidad para gobernar. De ser aprobada la moción de destitución, Yoon se convertiría en el segundo presidente en la historia reciente del país en enfrentar un proceso de este tipo, tras la destitución de Park Geun-hye en 2017.
La situación representa un momento crítico para la estabilidad política de Corea del Sur y podría tener repercusiones significativas en la región.
