Sangre de rey; así fue el concierto de Luismi en el Estadio GNP Seguros

El cantante dio su primero de los dos conciertos que tiene programados en el estadio

No hay otra forma de explicar las miradas de los y las mexicanas al verlo aparecer en escena, con su inconfundible sonrisa, el traje a la medida y la seguridad de entrarle tarde a las vocales de Será que no me amas. Es aquí cuando uno entiende que El Sol no es perfecto, pero la imperfección lo hace auténtico.

El Estadio GNP Seguros, anoche, estuvo lejos de tener a puras señoras enamoradas desde hace décadas, al contrario, la importancia de Mickey está al ver a un montón de morritos, mirreyes, del barrio, de donde sea que hayan arribado, cantando Culpable o no con un maldito sentimiento atorado.

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Lo extraño es tener esa conexión natural con los fans y no interactuar, no hablar, no saludar, no decir algo más. Todo lo resuelve con la forma en la que es adorado y con la confianza de saber que es casi una divinidad entre mortales, al menos por el historial y la exagerada veneración que se le tiene. Así es Luis Miguel, el hombre que retribuyó esa pasión con una escalofriante interpretación de Entrégate.

Por supuesto, no hay show de Luismi sin mariachis. Ya lo vieron de traje negro una hora, hacía falta que se luciera con un trajecito mexicano, ¿no? Desapareció un ratito, pero sólo cambió el saco por un chaleco y la camisa blanca por una negra. All black pa’ echarse La fiesta del mariachi, La Bikina y La media vuelta. Se terminó. Noventa minutos sin parar mas que para presentar al mariachi, sin palabras a la memoria de Silvia Pinal —la bisabuela de su hija— y con la seguridad de que pasarán los años y seguirá siendo el astro rey de este país y de todas las generaciones que están por venir.