La falta de combustible y las averías en las termoeléctricas agravan el déficit energético, con afectaciones que superarán los 1,400 MW durante la tarde-noche.
La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba ha alertado este sábado sobre apagones en el 46% del país, especialmente durante las horas de mayor demanda, en la tarde-noche, cuando la crisis energética que afecta a la isla se intensifica aún más. La escasez de combustible y las constantes averías en las centrales termoeléctricas terrestres, ya sobreexplotadas, son las principales causas de este panorama, según las autoridades del sector.
Desde finales de agosto, la crisis energética en Cuba ha empeorado, con apagones nacionales registrados y un déficit que supera el 40%. En algunos momentos, el déficit ha llegado a superar el 51%, según datos oficiales de la UNE, que dependen del Ministerio de Energía y Minas. Para este sábado, la compañía prevé una capacidad máxima de generación eléctrica de 1,769 megavatios (MW), mientras que la demanda alcanzará 3,180 MW, lo que genera una diferencia de 1,411 MW. Durante el pico de consumo, los apagones afectarán un total de 1,481 MW.
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El sistema energético de la isla está luchando por mantenerse operativo debido a las frecuentes averías de sus centrales termoeléctricas. De las 20 unidades de generación en las siete plantas termoeléctricas del país, ocho se encuentran fuera de servicio debido a fallas o mantenimiento. Además, otras 55 centrales de generación distribuida (motores y plantas generadoras a diésel y fueloil) están paradas debido a la falta de combustible, lo que agrava aún más la situación.
El déficit energético tiene un alto costo económico y social, afectando tanto a la industria estatal como a la administración pública. Gran parte de los sectores productivos aún operativos se han visto seriamente perjudicados, e incluso algunos se han visto obligados a paralizar sus actividades debido a la falta de electricidad. Los apagones también han desencadenado protestas antigubernamentales, como las que tuvieron lugar en julio de 2021, en agosto y septiembre de 2022 en las ciudades de Nuevitas y La Habana, así como las manifestaciones en Santiago de Cuba en marzo de este año.
Esta situación refleja la gravedad de la crisis energética que vive el país y pone en evidencia las dificultades de Cuba para mantener su infraestructura energética en funcionamiento en medio de la escasez de recursos y las limitaciones en la producción de electricidad.