El albergue Pan de Vida en Ciudad Juárez ofreció una celebración especial del Día de Acción de Gracias, brindando a los migrantes un momento de alivio en medio de la incertidumbre y la espera por cruzar la frontera.
En un día marcado por la incertidumbre migratoria y el frío otoñal en la frontera norte de México, el albergue Pan de Vida ofreció una celebración especial del Día de Acción de Gracias, reuniendo a migrantes, voluntarios y miembros de la comunidad en un ambiente de solidaridad, esperanza y gratitud. Este gesto, en un contexto tan desafiante, se convirtió en un refugio para aquellos que, con sus sueños de una vida mejor, atraviesan un trayecto lleno de dificultades y tensiones.
El director del albergue, Ismael Martínez, explicó que el objetivo principal de este evento era hacer que los migrantes y las personas en situación vulnerable se sintieran acogidos y como en su casa. “Darles un poquito de amor, un poquito de esperanza, y sobre todo fe en Dios para que tengan ese sueño, que lo han anhelado”, afirmó, mientras la comunidad compartía una comida típica de esta festividad, como pavo, frijoles y otros platillos que acompañaron el gesto.
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En medio de la incertidumbre sobre el futuro de sus trámites y la posibilidad de que se cierren los cruces fronterizos, los migrantes encontraron un respiro en esta celebración, que representó más que una simple cena. Según Martínez, muchos de los asistentes se sienten agobiados por las dudas sobre su futuro migratorio: “La gente migrante tiene la incertidumbre de si va a pasar o no, que si van a quitar la aplicación o que si van a cerrar completamente los puentes, se piensan muchas cosas”, comentó.
Entre los asistentes se encontraba Luisa García, una mujer originaria de Guatemala, quien expresó su gratitud por la oportunidad de participar en esta festividad. “Es muy emocionante porque es la primera vez que estoy participando en esto, porque en mi país no lo había hecho”, comentó emocionada. Para Ángel Andino, migrante de Chile, el gesto también significó mucho, ya que atravesó por diversas dificultades en su camino hasta Ciudad Juárez. “Representa algo muy bonito, agradecemos a las personas que hacen esto por nosotros (…) creo que es un muy bonito gesto de las personas hacia cada uno de nosotros”, señaló Andino.
La celebración del Día de Acción de Gracias, aunque poco común en la cultura mexicana, cobró un significado profundo en un contexto como el de Ciudad Juárez, donde la solidaridad es clave para sobrellevar la dura realidad de los migrantes que, en su mayoría, pasan largos meses esperando a cruzar a Estados Unidos. Las políticas migratorias restrictivas, como el Título 42, y las largas listas de espera en los cruces fronterizos han dejado a miles de personas varadas, sin saber cuándo podrán continuar su camino.
El albergue Pan de Vida, que se ha convertido en un punto de apoyo crucial para los migrantes, ha experimentado fluctuaciones en el número de personas que han buscado refugio y asistencia, pero siempre con el mismo propósito: brindarles un espacio donde no se sientan solos. Al final del evento, el director del albergue hizo un recordatorio importante para todos los presentes: “No están solos, siempre recibirán a las personas que así lo requieran”, concluyó Martínez.
Este Día de Acción de Gracias, celebrado en Ciudad Juárez, no solo fue un acto simbólico de gratitud y solidaridad, sino también una oportunidad para que los migrantes se sintieran parte de una comunidad que no los olvida, uniendo a diferentes culturas en un gesto de esperanza en medio de la adversidad.