La creciente crisis humanitaria en la Franja de Gaza deja a miles de desplazados sin refugio adecuado debido al daño masivo de las tiendas de campaña, mientras las condiciones climáticas empeoran y las restricciones internacionales limitan la ayuda.
La situación de los desplazados en la Franja de Gaza se ha vuelto más desesperante, pues el 81% de las tiendas de campaña instaladas para refugiar a los más de dos millones de personas desplazadas se han vuelto inutilizables. Según un comunicado del gobierno de Hamás, 110,000 de las 135,000 tiendas han sufrido daños graves a causa de las malas condiciones climáticas y la llegada de la temporada invernal. En las últimas semanas, cerca de 10,000 tiendas, hechas de tela y nailon, han sido arrastradas por el mar o han quedado destruidas por las intensas lluvias.
Los desplazados se enfrentan a condiciones de vida precarias, con la mayoría sin acceso a agua corriente, electricidad o servicios básicos como letrinas, en campamentos que a menudo quedan sumidos en el agua tras las lluvias. Esta crisis se suma a la difícil situación de aquellos que ya han sido desplazados varias veces debido a la constante destrucción de sus hogares y barrios residenciales.
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A pesar de los esfuerzos de las organizaciones humanitarias para proporcionar asistencia, las restricciones impuestas por Israel han dificultado el acceso a los recursos necesarios. Los equipos de rescate, como la Defensa Civil gazatí, han denunciado que Israel ha impedido el trabajo de las organizaciones de ayuda y de instituciones internacionales, agravando aún más la crisis.
En este contexto, la comunidad internacional ha sido instada a intervenir de manera urgente. Las previsiones indican que las temperaturas continuarán descendiendo en los próximos días, lo que podría empeorar las condiciones de los desplazados. Además, las organizaciones humanitarias como el Consejo Noruego para los Refugiados han advertido que la ayuda que actualmente puede ingresar a Gaza es insuficiente, y se necesitarían más de dos años para cubrir las necesidades urgentes de los desplazados si no se toman medidas inmediatas.
El llamado a la acción es claro: el mundo debe actuar ahora para evitar que la situación en Gaza empeore y para salvar vidas antes de que sea demasiado tarde.