La cumbre climática, marcada por la geopolítica adversa y la falta de consenso, deja compromisos insuficientes para afrontar el cambio climático mientras el mundo mira hacia la COP30 en Brasil.
La 29ª Conferencia de las Partes (COP29) finalizó en Bakú con resultados decepcionantes para la mayoría de los participantes, quienes esperaban avances significativos en los compromisos para combatir el cambio climático. Sin embargo, los obstáculos geopolíticos y las presiones de los intereses petroleros limitaron las negociaciones y dejaron un panorama incierto para la próxima cumbre en Belém, Brasil.
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la crisis global generada por la guerra entre Rusia y Ucrania, y el conflicto en Gaza crearon un entorno desfavorable para las discusiones. A esto se sumó la influencia de países como Arabia Saudita, que lideraron resistencias para frenar compromisos más ambiciosos, particularmente en la reducción del uso de combustibles fósiles.
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Principales temas de la COP29:
Financiación climática:
El foco principal estuvo en aumentar el financiamiento climático para los países en desarrollo. Aunque el objetivo era elevar los aportes a más de un billón de dólares anuales, el acuerdo alcanzado se limitó a 300 mil millones de dólares, incluyendo inversiones privadas y flujos de bancos multilaterales. Esto representa un progreso limitado frente a las necesidades urgentes planteadas por las comunidades más vulnerables.
Mercados de carbono:
El mecanismo de mercados de carbono, diseñado para controlar las emisiones de CO2, sigue enfrentando dudas por problemas como la doble contabilización. Aunque hubo anuncios de ajustes al sistema, no se logró un consenso claro para resolver estas deficiencias.
Fondo de pérdidas y daños:
El fondo, creado para apoyar a países en desarrollo afectados por desastres climáticos, sigue siendo insuficiente. Con un déficit significativo frente a los estimados 400 mil millones de dólares necesarios anualmente, su implementación efectiva sigue siendo una tarea pendiente.
Mitigación y transición energética:
El texto final evitó comprometerse a eliminar gradualmente los combustibles fósiles, una demanda clave de la COP28 en Dubái. Aunque las energías renovables avanzan en algunas regiones, la falta de compromisos concretos retrasa la transición global hacia fuentes limpias.
Actualización de NDC:
Los países tienen hasta 2025 para actualizar sus Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC), pero el avance en este tema ha sido lento, con pocos gobiernos presentando informes de transparencia sobre sus avances.
La COP29 evidenció el agotamiento del modelo actual de conferencias climáticas y la urgencia de reformas para garantizar su efectividad. Con la próxima cumbre en Brasil, se espera que el liderazgo de una nación clave en biodiversidad como anfitriona impulse compromisos más ambiciosos. Sin embargo, los desafíos políticos y económicos globales continúan siendo un obstáculo para alcanzar acuerdos sustanciales.