Los procesos penales y civiles que enfrentaba Trump están en pausa o en peligro de desestimación, mientras prepara su regreso a la Casa Blanca.
Tras ganar las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre, Donald Trump se convierte en el primer presidente electo de Estados Unidos con una condena penal, lo que reconfigura su panorama judicial. El mandatario electo enfrenta cuatro casos penales y múltiples procesos civiles, pero su regreso a la presidencia parece haber cambiado las reglas del juego.
El caso más avanzado, relacionado con pagos irregulares a la actriz Stormy Daniels, se encuentra en Nueva York. Aunque fue declarado culpable en mayo por falsificación de registros comerciales, el juez Juan Merchan ha pospuesto indefinidamente la sentencia, abriendo la posibilidad de un sobreseimiento o una rebaja en la pena. Este caso, originalmente visto como un obstáculo en su carrera hacia la Casa Blanca, parece desmoronarse tras su victoria.
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Otros casos clave incluyen las acusaciones por interferencia electoral en Georgia, el manejo indebido de documentos clasificados en Florida y la instigación al asalto del Capitolio en Washington D.C. En cada uno de estos procesos, el panorama ha cambiado drásticamente. En Georgia, la fiscalía enfrenta controversias internas que podrían descalificar a los responsables del caso, mientras que en Washington, el fiscal especial Jack Smith ha solicitado suspender las apelaciones y planea dimitir antes de que Trump asuma el cargo el próximo 20 de enero.
La inmunidad presidencial: un escudo judicial
La victoria de Trump en las elecciones le otorga una ventaja estratégica en sus casos penales. El Departamento de Justicia establece que un presidente en funciones no puede ser procesado ni encarcelado, y el Tribunal Supremo ha ampliado esta inmunidad a delitos cometidos durante su primer mandato. Esto significa que los casos más graves podrían quedar suspendidos o incluso ser desestimados mientras Trump permanezca en el cargo.
En el ámbito civil, Trump ha apelado sentencias millonarias por difamación y fraude empresarial. Aunque estos casos siguen su curso, los expertos legales anticipan que podrían resolverse en su favor gracias a la nueva posición política del expresidente.
Incertidumbre legal y política
El regreso de Trump a la presidencia plantea una incógnita histórica: ¿podrá un presidente en ejercicio sortear procesos judiciales sin precedentes? Con una mezcla de inmunidades legales, desestimaciones y maniobras políticas, Trump parece estar reconfigurando las normas del sistema judicial estadounidense, consolidando su influencia mientras se prepara para retomar el poder.