La frontera norte vive entre miedo y escepticismo tras el anuncio de Donald Trump de usar al Ejército para deportaciones masivas. México asegura tener un plan ante la amenaza.
La tensión aumenta en la frontera norte de México luego de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmara su intención de utilizar al Ejército para llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes indocumentados. Esta declaración ha sembrado el miedo entre los migrantes que intentan cruzar o ya se encuentran en Estados Unidos, mientras el Gobierno mexicano asegura que está preparado para enfrentar la crisis.
En Ciudad Juárez, un punto clave en la dinámica migratoria con El Paso, Texas, los migrantes se debaten entre el miedo y el escepticismo. “Sería un extremo usar a sus militares para solamente deportar a los migrantes”, expresó Yonder Xavier Rangel, un migrante venezolano que busca un futuro mejor en el norte.
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Por su parte, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, aseguró que su administración tiene un plan para recibir a los connacionales deportados y trabajar de manera preventiva para evitar estas expulsiones. “En caso de que hubiera deportaciones, vamos a recibir a las y los mexicanos, y tenemos un plan para ello”, afirmó en su conferencia matutina, subrayando que su estrategia también incluirá demostrar la aportación económica de los migrantes mexicanos en Estados Unidos.
Especialistas advierten que la medida de Trump podría tener consecuencias negativas tanto en Estados Unidos como en México. Según Emilio López, académico de la Universidad Autónoma de Chihuahua, desplegar la Guardia Nacional para contener la migración sería costoso e inviable a largo plazo.
“Habrá gobernadores como Greg Abbott (Texas) que apoyen estas medidas, pero será un reto económico y logístico movilizar estas fuerzas”, explicó López, quien también destacó el impacto que tendría en la economía estadounidense, particularmente en sectores donde los migrantes son mano de obra clave.
Mientras tanto, los migrantes expresan su temor e incertidumbre. José Eduardo, un hondureño varado en Ciudad Juárez, narró cómo las amenazas de deportación los han llenado de angustia. “Nos atemoriza porque tenemos sueños, hijos, aspiraciones que no podemos cumplir en nuestros países”, dijo.
La inseguridad en México tampoco ofrece garantías para quienes puedan ser deportados. “Aquí también hay muchos secuestros, mucha maldad, cosas que no queremos volver a vivir”, agregó el centroamericano.
Sheinbaum adelantó que México buscará diálogo con el equipo de transición de Trump para evidenciar la relevancia económica de los migrantes en Estados Unidos, quienes generan alrededor de 338,000 millones de dólares anualmente, según cifras oficiales.
A medida que se acerca el inicio de la administración Trump, la frontera vive un momento de incertidumbre, con miles de migrantes en espera y un futuro que podría cambiar drásticamente para millones de familias.