El Ministerio de Defensa de Rusia reportó un ataque ucraniano utilizando misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense, que impactaron una instalación militar en la región de Briansk, sin causar víctimas, pero desatando un incendio en el complejo.
El conflicto entre Ucrania y Rusia dio un nuevo giro este lunes con la confirmación del primer ataque ucraniano utilizando misiles balísticos ATACMS, de fabricación estadounidense, contra una instalación militar rusa en la región fronteriza de Briansk, cerca de la frontera con Ucrania. La Ministerio de Defensa de Rusia reportó que cinco de los misiles fueron interceptados por las defensas antiaéreas rusas, en particular, las baterías S-400 y Pantsir, pero los fragmentos de un sexto misil lograron impactar en el recinto, causando un incendio en la instalación militar.
El ataque ocurrió a las 3:25 de la madrugada y, según el parte de guerra ruso, las llamas fueron rápidamente sofocadas sin causar víctimas fatales ni heridas. El incidente fue comunicado a través de un mensaje en Telegram, donde se detalló que las defensas aéreas rusas, pese a su éxito en interceptar la mayoría de los misiles, no pudieron evitar el impacto de los fragmentos del sexto misil.
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La ofensiva fue calificada como exitosa por el Estado Mayor ucraniano, que, sin embargo, no especificó los detalles sobre el tipo exacto de armamento utilizado en el ataque. No obstante, medios de comunicación occidentales confirmaron que el ataque fue llevado a cabo con los misiles ATACMS, de largo alcance, cuyo uso fue autorizado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un movimiento que marca un hito en el apoyo militar de Washington a Ucrania.
El uso de estos misiles de largo alcance fue permitido bajo la condición de que fueran dirigidos contra objetivos militares en las regiones fronterizas de Rusia, como Kursk, una zona parcialmente ocupada por tropas ucranianas desde agosto de 2024. Esta decisión ha intensificado las tensiones entre ambas naciones, ya que Moscú ve este tipo de ataques como una escalada significativa en el conflicto.
Como respuesta a la autorización de EE.UU., el presidente ruso, Vladímir Putin, aprobó una nueva doctrina nuclear que permite el uso de armamento atómico en caso de un ataque convencional a Rusia, lo que subraya la gravedad con la que el Kremlin percibe los desarrollos en el conflicto.
El ataque en Briansk no solo marca un avance significativo en el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania, sino que también pone de relieve las crecientes tensiones geopolíticas y militares entre Rusia, Ucrania, y Occidente, lo que continúa alimentando una guerra que ya lleva más de un año y medio.