La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, destaca la contribución económica de los migrantes y el T-MEC como claves en la negociación con el próximo gobierno de EE.UU.
En su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió a los cuestionamientos sobre las posibles respuestas de México a las amenazas arancelarias y de deportación del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. La mandataria subrayó que su gobierno busca demostrar los beneficios que los migrantes y el comercio mexicano aportan a la economía estadounidense, frente a las advertencias de Trump de imponer elevados impuestos a las importaciones mexicanas y deportaciones masivas de migrantes.
“La prioridad es mostrar los beneficios de la mano de obra mexicana y el impacto positivo del T-MEC para ambos países. Estos números serán fundamentales tanto para la revisión del tratado comercial en 2026 como para cualquier discusión que plantee el gobierno estadounidense. Lo importante es evidenciar cómo nuestra relación comercial y los trabajadores mexicanos benefician a la economía de EE.UU.,” sostuvo Sheinbaum.
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Aunque no precisó si México implementará aranceles en represalia, Sheinbaum enfatizó que su administración ya trabaja en una estrategia de negociación. Según afirmó, se prevé un diálogo de alto nivel con el equipo de transición de Trump o directamente con el mandatario una vez que asuma el cargo el 20 de enero, a fin de tratar temas prioritarios como el fentanilo, la migración y las contribuciones económicas de México a EE.UU.
Sheinbaum expresó su preocupación por las amenazas de deportaciones masivas, las cuales afectarían a los casi 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, de los cuales los mexicanos representan cerca de la mitad. Las remesas enviadas por estos trabajadores suman aproximadamente 65 mil millones de dólares este año, constituyendo cerca del 4% del PIB de México.
“Estamos haciendo un trabajo exhaustivo para medir cuánto aportan los mexicanos a cada estado de la Unión Americana, cómo benefician a la economía de EE.UU., y qué impacto tendría el T-MEC en ambos lados de la frontera,” comentó la mandataria, enfatizando que su administración está lista para proteger a los migrantes mexicanos y el comercio binacional.
La presidenta espera que el diálogo con el equipo de Trump permita evidenciar que un arancel del 100% a las importaciones mexicanas afectaría de forma considerable la economía estadounidense, en especial en sectores como la industria automotriz y manufacturera.