A tres días de las elecciones, 25 escaños aún sin definir mantienen la incertidumbre sobre la mayoría en la Cámara de Representantes y el balance de poder en el Congreso de EE.UU.
Tres días después de las elecciones legislativas en Estados Unidos, republicanos y demócratas están a la espera de los resultados de 25 escaños en la Cámara de Representantes que determinarán quién controlará el Congreso en los próximos dos años. Hasta ahora, los republicanos cuentan con 211 escaños y los demócratas con 199, mientras que la mayoría requiere 218 asientos. Según Associated Press, 11 de los escaños pendientes corresponden a California.
La situación de la Cámara de Representantes no es la única incertidumbre en estas elecciones. A pesar de que Donald Trump ganó las presidenciales, quedan sin definir los resultados de los estados de Nevada y Arizona. Trump ha alcanzado 295 votos electorales, superando los 270 necesarios para ganar, frente a los 226 de la demócrata Kamala Harris.
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En el Senado, los republicanos retomaron el control tras obtener 53 asientos frente a 45 de los demócratas, recuperando la mayoría después de cuatro años. Aún restan por contabilizar los escaños de Nevada y Arizona, donde el conteo apenas ha avanzado al 76%.
Los recuentos lentos y la falta de certeza han marcado las últimas elecciones en EE.UU. En 2020, fueron necesarios cuatro días para declarar al ganador de las presidenciales, mientras que en 2022, el control de la Cámara Baja tardó nueve días en definirse.
Esto ocurre porque el sistema electoral estadounidense varía entre estados, algunos de los cuales, como Arizona y California, procesan un gran volumen de votos por correo, modalidad promovida para incentivar la participación. Este proceso requiere verificar la firma de cada votante en el sobre, lo cual ralentiza el recuento. Además, en California se aceptan votos por correo hasta siete días después de los comicios, siempre que hayan sido enviados antes de la fecha límite.
En elecciones ajustadas, también entran en juego los “votos provisionales”, emitidos por votantes con dudas sobre su elegibilidad, los cuales deben ser verificados de manera individual antes de ser contabilizados.
