Derrotado en las dos anteriores jornadas de la Liga de Campeones, zarandeado por un 4-0 contra el Benfica en Lisboa, el Atlético de Madrid se protegió en la visita al París Saint Germain en el Parque de los Príncipes, donde ganó en la última jugada, con la pegada de dos goles en cuatro remates en 94 minutos, con ocho paradas de Jan Oblak, con 70 ataques menos que su rival (23 a 93) y con 125,3 kilómetros recorridos.
Una victoria de resistencia, cuyas estadísticas exponen todo lo que sufrió el Atlético, que alcanzó los seis puntos y recompuso sus opciones de clasificación para la siguiente ronda de la máxima competición continental, después de un ejercicio defensivo dentro de ese publicitado reencuentro con sus cualidades de fortaleza atrás, intensidad y contragolpe.
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El plan de Diego Simeone fue evidente. La prioridad fue defensiva. El gol de Warren Zaire Emery en el minuto 13, en el despropósito de Clement Lenglet cuando salía del área con el balón ante la presión de Ousmane Dembele, lo obligó de repente a ir más allá en su ataque un rato, con la demostración indudable de su capacidad cuando sube líneas y propone su ofensiva, hasta que igualó.
Fueron varios los cambios pero fue en el quinto cambio fue Samuel Lino, con Oblak ya convertido en el héroe de un empate que fue finalmente una victoria, impulsado por el saque rápido para el contragolpe del guardameta, continuado por Griezmann y anotado por Correa. Minuto 93. Un triunfo de resistencia que da calma a los colchoneros.