Durante su visita a la Universidad Gregoriana, el pontífice pidió que la educación no sea un privilegio y advirtió sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial
El Papa Francisco instó este martes a la creación de “una universidad que huela a carne de pueblo y que no pisotee las diferencias”, enfatizando que la educación debe ser accesible para todos, no un privilegio. Su discurso tuvo lugar en la Universidad Gregoriana de Roma, gestionada por la Compañía de Jesús.
Francisco reflexionó sobre el papel de la educación a lo largo de la historia, señalando que, aunque en épocas pasadas se consideraba un privilegio, esta visión todavía persiste. Además, advirtió sobre los peligros de la Inteligencia Artificial, afirmando que “ningún algoritmo podrá sustituir a la poesía, la ironía y el amor”, y subrayó la importancia de que los estudiantes se conecten con sus propias emociones.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
El pontífice propuso un cambio en la estructura de las universidades, sugiriendo “menos sillas y más mesas sin jerarquías”, para fomentar un ambiente colaborativo. “La universidad debe ser la casa del corazón, la cultura y una misión de amor”, afirmó, instando a evitar que la educación se convierta en un mero producto manejado por “el manager de turno”.
Francisco también advirtió contra la “cocacolización” de la enseñanza y la investigación, sugiriendo que se debe mantener una visión clara de los objetivos educativos para prevenir una homogenización espiritual en el ámbito académico.
La Pontificia Universidad Gregoriana, la más antigua de las universidades pontificias romanas, fue fundada en 1551 por San Ignacio de Loyola. Entre sus exalumnos se encuentran 27 santos, 57 beatos y 16 papas, y un notable porcentaje de cardenales y obispos católicos del mundo han pasado por sus aulas.