La incertidumbre crece entre migrantes en albergues de Tijuana ante la posibilidad de un regreso de Donald Trump a la presidencia, recordando las estrictas políticas migratorias de su administración anterior.
La llegada de las elecciones presidenciales en Estados Unidos ha generado preocupación e incertidumbre entre los migrantes que se encuentran en albergues en Tijuana. Muchos de ellos, especialmente solicitantes de asilo, temen que un posible triunfo del candidato republicano Donald Trump signifique el regreso de las severas medidas migratorias que implementó durante su anterior administración
Jorge, un migrante originario de Guerrero, compartió que ha estado esperando más de un año para poder cruzar a Estados Unidos. Su experiencia resalta el estrés que enfrentan muchos en su situación. “Con todo lo que ha dicho Trump sobre los migrantes siempre hay inconformidad. Si él ganara, habrá que hacer las cosas conforme a la ley, para no ser deportados”, comentó. Jorge expresó que ha trabajado arduamente para seguir el proceso legal y espera poder obtener su cita en breve.
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Por su parte, Javier, un migrante de Honduras que huyó de la violencia de las maras, comentó que su objetivo sigue siendo llegar a Estados Unidos, sin importar quién gane las elecciones. “Siempre pensamos en estar allá, independientemente de las elecciones”, dijo, añadiendo que la posibilidad de deportaciones lo pone “preocupado” pero mantiene la esperanza de que las cosas salgan bien.
Albert Rivera Colón, director del albergue Ágape Misión Mundial, analizó la situación. Señaló que si Trump regresa a la presidencia y obtiene una mayoría en el Senado, podría implementar las amenazas de deportaciones masivas que ha mencionado. No obstante, resaltó que Estados Unidos también tiene un interés en retener a los migrantes que han trabajado durante décadas y contribuido al seguro social, lo cual es crucial para mantener los recursos destinados a los ancianos en el país.
El pastor concluyó que el futuro de las políticas migratorias dependerá de la relación entre la economía y la migración, sugiriendo que, independientemente de quién gane, la posibilidad de una reforma migratoria requerirá de negociaciones complejas en el Congreso.
