- La Secretaría de Salud a través del Voluntariado de Salud, ha entregado apoyo de manera continua a personas cuidadoras
- Se ha beneficiado a 104 cuidadoras y cuidadores con entrega de insumos
El 5 de noviembre se conmemora la labor de las personas cuidadoras, tanto profesionales como familiares de personas mayores, enfermas o que sufran cualquier tipo de discapacidad o dependencia, con el objetivo de sensibilizar y llamar la atención sobre la labor que día a día realizan millones de personas que cuidan de otras. Cuidar significa asistir a alguien que lo necesita, y mirar por la propia salud.
A través del Voluntariado de Salud, la Secretaría de Salud ha entregado apoyo de manera continua a personas cuidadoras de familiares en estado de dependencia, son en total 104 personas beneficiadas con la cantidad de 553 insumos, entre estos: pañales, toallas sanitarias, jabón neutro y kits de material de curación, bolsas para colostomía y se ha brindado capacitación sobre los cuidados, prevención y manejo de lesiones asociadas a la dependencia.
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Una persona cuidadora puede ser un integrante de la familia, un profesional, u otra persona, que asume primariamente la responsabilidad con acciones de soporte, que ayuda a otra persona o grupo, con necesidades evidentes o anticipadas, procurando una mejora en la condición humana o estilo de vida. El “Cuidador formal”, es aquella persona que cuida recibiendo un pago o beneficio por su trabajo.
“Cuidador informal” son quienes no reciben remuneración y tienen un elevado compromiso hacia la tarea, caracterizada por el afecto y una atención sin límite de horario, que suelen ser familiares, amigos o vecinos. Este trabajo es realizado principalmente por mujeres, lo que afecta de manera diferente las oportunidades que puedan tener en otros ámbitos, sea en el mundo laboral, en el esparcimiento y en el autocuidado.
Gracias a las personas cuidadoras, personas en situación de dependencia o con discapacidades reciben ayuda para poder satisfacer sus necesidades y realizar las actividades. La calidad en el cuidado no depende únicamente de las inversiones en recursos materiales, en infraestructuras y en tecnología de última generación; depende, esencialmente, de la calidad de las personas que cuidan y curan, de cómo desarrollan su labor.
Los cuidados implican el fortalecimiento de los valores éticos relacionados: la solidaridad, la responsabilidad social, la equidad de género, la importancia de los afectos y de la cohesión social. También implican la imprescindible estimación de los costos involucrados en estos compromisos y esfuerzos compartidos en el hogar y en la sociedad en su conjunto. Hay que reconocer que la carga que experimenta el cuidador es elevada y supone una merma gradual de su estado de salud físico, mental y psicológico.