La crecida provocada por las lluvias del martes ha dejado al menos 217 fallecidos en España
Las operaciones de rescate de los desaparecidos en las inundaciones en la región española de Valencia están centradas este lunes en aparcamientos y subterráneos, con las autoridades preparadas para recibir hasta 400 víctimas mortales, muchas más de las 217 halladas hasta ahora.
Un día después de una jornada caótica en la que los reyes de España y el presidente del gobierno fueron recibidos con insultos y bolas de barro por una población desesperada e iracunda en una de las localidades afectadas en la región de Valencia, la prioridad sigue siendo la localización de los desaparecidos y la identificación de los cadáveres.
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Los juzgados ya han autorizado la entrega “de cerca de medio centenar de cuerpos” de fallecidos a sus familias, informó el Tribunal Superior de Justicia de Valencia en la red social X.
El general-jefe de la UME dijo que “todas las capacidades de las Fuerzas Armadas para achicar ese aparcamiento están en marcha, pero hay millones de litros”.
Los buzos lograron entrar en el estacionamiento, y al final de la mañana la policía informó que no se encontraron cuerpos en los primeros 50 vehículos inspeccionados.
La agencia estatal de meteorología, la Aemet, dio un respiro al asegurar que la “crisis meteorológica” sobre Valencia había terminado, pero la preocupación se desplazó al norte, hasta Barcelona, donde se decretó durante unas horas la alerta roja.
Las lluvias torrenciales en Barcelona llevaron a suspender durante unas horas el tráfico de trenes de cercanías, y a anular 153 vuelos en el aeropuerto de Barcelona, según comunicó el ministro de Transportes, Óscar Puente.
La rabia quedó plenamente visible el domingo, cuando los reyes de España, Felipe VI y Letizia, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez y el jefe del gobierno de la región de Valencia, Carlos Mazón, fueron recibidos con gritos de “asesinos” y lanzamiento de bolas de barro, palos y otros objetos en Paiporta, un municipio valenciano duramente golpeado.
En medio de la tensión, Sánchez fue evacuado y Mazón se retiró poco después, pero los reyes, con la ropa y el rostro manchado de barro, se quedaron un rato intentando dialogar con la gente, protegidos por sus guardaespaldas que fueron zarandeados constantemente.
Finalmente se retiraron del lugar y cancelaron la visita a otra localidad damnificada.