Decenas de personas recibieron con gritos de ‘fuera’ y barro a la comitiva durante su visita a la localidad valenciana más afectada por el temporal.
Durante su visita a Paiporta, una de las localidades más golpeadas por las recientes inundaciones en la provincia de Valencia, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y los reyes de España se encontraron con una fuerte protesta por parte de los residentes. Decenas de personas interrumpieron las tareas de limpieza lanzando barro y gritando “fuera, fuera”, lo que culminó en un ambiente de tensión ante la presencia de las autoridades. La localidad ha sufrido la pérdida de al menos 62 vidas debido a este desastre natural.
Los manifestantes, que incluían a voluntarios y vecinos, expresaron su indignación con el gobierno por la gestión de la crisis. La situación se intensificó cuando un palo de escoba fue lanzado cerca del presidente Sánchez, lo que llevó a su equipo de seguridad a rodearlo mientras el tumulto crecía. En medio del caos, parte del dispositivo de seguridad desplegó paraguas para proteger a la comitiva del barro y los objetos que se lanzaban.
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A pesar del ambiente hostil, los reyes, Felipe VI y Letizia, intentaron dialogar con algunos de los jóvenes que se acercaron a ellos visiblemente alterados. Con el rostro y el abrigo manchados de barro, el rey continuó su recorrido por las calles, manteniendo conversaciones con los residentes indignados, que seguían vitoreando consignas en contra del gobierno.
La reina también se detuvo a hablar con varios de los protestantes, mientras los gritos de “fuera, fuera” y otros insultos resonaban entre la multitud. Se reportó que al menos un escolta de la reina sufrió una herida visible en la frente debido a la agitación del momento. Para contener a los más exaltados, una unidad de caballería de la policía fue llamada a intervenir.
Esta visita, la primera parada de los reyes en las zonas más afectadas por las inundaciones, se produce en un contexto de creciente descontento social y político. Las inundaciones en Valencia han causado la muerte de 213 personas y la región se encuentra en medio de esfuerzos de limpieza intensivos, mientras se enfrenta a la amenaza de nuevas lluvias. La Agencia Estatal de Meteorología ha emitido alertas por posibles precipitaciones que podrían superar los 100 litros por metro cuadrado en solo doce horas.
A pesar de las advertencias meteorológicas, miles de voluntarios se han movilizado para ayudar en las labores de limpieza, retirando lodo y ofreciendo alimentos y artículos de primera necesidad a los afectados. Sin embargo, el Gobierno regional ha impuesto restricciones para garantizar la movilidad de los servicios esenciales, lo que ha llevado a algunos voluntarios a continuar con su labor, desafiando dichas prohibiciones.
Uno de los focos de atención está en un centro comercial de Aldaia, que ha sido gravemente afectado. La Unidad Militar de Emergencia (UME) continúa extrayendo agua del aparcamiento subterráneo, donde se temen más víctimas. Desde el miércoles, los equipos han estado trabajando para despejar el lugar, pero persiste la incertidumbre sobre cuántos coches y personas podrían aún encontrarse en el interior.
En un trágico giro de los acontecimientos, se informó sobre el hallazgo del cuerpo sin vida de una mujer de 70 años en Letur, Albacete, que había desaparecido tras ser arrastrada por la riada. Con esta nueva víctima, el total de fallecidos asciende a 217 en toda España, lo que resalta la gravedad de la situación y la urgencia de las respuestas gubernamentales ante la catástrofe.