La señora Yolanda Santillán, retomó la receta milenaria que ha popularizado en la comunidad cada Día de Muertos.
El atole de flor de cempasúchil de origen purépecha, preparado en honor a los muertos, es una bebida milenaria que ha cobrado popularidad en la comunidad de Palma de la Cruz en Soledad de Graciano Sánchez; esto gracias a las manos de la señora Yolanda Santillán, quien lo prepara con motivo de la tradición del Día de Muertos.
Doña Yolanda Santillán lleva alrededor de cuatro años preparando esta bebida con una receta que llegó a sus manos, gracias a que uno de sus hijos le ayudó a conseguirla; detalló que en su gusto por la cocina, comenzó a preparar el atole para el consumo familiar.
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Sin embargo, más tarde, a voces se fue popularizando entre la comunidad, quienes comenzaron a pedírselo en eventos. Con ello adelantó que este año lo llevó a primarias y secundarias del municipio, donde celebraron el Xantolo.
Si bien, la flor de cempasúchil tiene un olor fuerte, dijo que el sabor del atole no es pesado al paladar, sino al contrario e invitó a todos a probarlo para que salgan de dudas: Muchas personas no quieren probarlo por el hecho del olor, porque es muy aromática la flor, pero en el atole no” refirió.
Yolanda Santillán nos compartió su receta de famoso atole de cempasúchil, con la que ha adquirido popularidad en Palma de la Cruz y enfatizó antes de comenzar en que la flor que se utiliza para este fin, debe ser fresca y grande para que el atole no se amargue.
“Primero hay que escoger la flor, lavar y desinfectar bien. Para el atole que vamos a preparar, necesitamos: cuatro flores de buen tamaño, cuatro tazas de leche, tres cucharadas de maicena, una taza de agua y dos conitos de piloncillo y una rajita de canela.
Primero: ya que tenemos la Flor, lavada y desinfectada, la vamos a moler con una taza de leche; en un recipiente vamos a poner otras dos tazas de leche a hervir con la canela y el piloncillo.
Ya que suelte el hervor, vamos a agregar lo que ya licuamos con la flor y la leche a la olla donde tenemos hirviendo los otros ingredientes. Ya cuando soltó el hervor, de nuevo que ya hirvió todo, se le va a agregar el espesante, que es el almidón y necesitamos media hora para hacer esta bebida. No se necesita mucho tiempo”, explicó entre los pasos de la receta.
La señora Yolanda relató entre sus recuerdos, que creció con su abuela y su mamá, a quienes les aprendió el amor por la cocina, cuando les ayudaba a cocinar, ambas originarias de Enrique Estrada, otra comunidad de Soledad, lo que hasta el día de hoy la ha llevado ya explorar en la cocina sin miedo describiendo su arte culinario, que con esta bebida resalta en estas fechas.