(Blossom C M Stephan et al. Lancet Healthy Longev 2024; 5: e406–21)
La demencia es prioridad de Salud Pública, con más de 57 millones de personas afectadas en el Mundo. No hay cura ni tratamiento que disminuya su progresión, por lo que la prevención se torna indispensable, con ventanas de oportunidades para disminuir el riesgo para su presentación.
Se destacan 12 factores que pueden coparticipar en el desarrollo de la demencia, los que incluyen educación baja, pérdida de la audición, daño cerebral traumático, fumar, depresión, aislamiento social, inactividad física, hipertensión arterial sistémica, obesidad, ingesta de alcohol, polución atmosférica y diabetes de inicio a mayor edad (mayores de 65 años).
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Los autores identificaron 4024 artículos e incluyeron 48 para análisis y estimaron que la educación baja contribuye en 17.2%, hipertensión en 15.8%, pérdida de audición 15.6% y obesidad 9.4%; con factores combinados (nivel bajo de educación, hipertensión, obesidad, tabaquismo, inactividad física, depresión y diabetes) el riesgo contribuyó hasta 55%.
Seguridad de trasplante renal en donadores con virus de inmunodeficiencia humana
(Durand CM et al. N Engl J Med 2024; 391:1390-401)
El trasplante renal ofrece el beneficio de supervivencia para personas con insuficiencia renal en fase terminal y recientemente se incluye para aquellas personas con HIV. Los individuos con HIV en diálisis tienen mayor riesgo de morir y menor acceso a trasplante renal.
Adecuados desenlaces de series en Sudáfrica se han informado para personas recipientes de HIV. Previamente, se prohibía el trasplante para aquellos con HIV, tanto receptores como donadores, procedimiento que se inició en los EEUUA desde 2016. Los autores realizaron estudio observacional que evaluaron desenlaces en trasplante renal de donadores con HIV, que no fueron inferiores a donadores sin HIV.
El estudio se realizó en colaboración con 26 centros y se compararon donadores con HIV y sin HIV trasplantados, para desenlace primario la seguridad, complicaciones que incluyeron infecciones, cáncer y mortalidad. De 198 personas, 99 recibieron riñón de donador cadavérico con HIV y 99 sin HIV, se observaron resultados muy similares en todos los aspectos mencionados.
Se destacó en este estudio observacional, que el trasplante renal de donadores con HIV parece ser similar y no inferior a los trasplantados de donadores sin HIV.
Personas con enfermedades mentales de mayor riesgo para COVID grave
(Blum D. New York Times 2024; oct 23)
Desde los primero datos emanados de la pandemia, se observó que las personas con enfermedades mentales tienen más probabilidades de sufrir consecuencias graves de la COVID, en comparación con la población general, con mayor riesgo de hospitalización, infecciones asociadas y mortalidad.
Este hecho, sitúa a las enfermedades mentales en la misma lista de vulnerabilidad que para los problemas cardiovasculares, enfermedad renal crónica y asma.
Muchas enfermedades mentales pueden provocar niveles de estrés crónicamente elevados, que disminuye la capacidad del sistema inmunitario. Los niveles de estrés elevados también pueden provocar presión arterial persistentemente alta y más depósitos de placa aterosclerótica en el corazón, lo que adicionalmente participa en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Algunos medicamentos antidepresivos y antipsicóticos también pueden provocar aumento de peso; por esa y otras razones, la obesidad es frecuente en personas con algunas enfermedades mentales y la obesidad está relacionada con inflamación, mayor riesgo de hospitalización e infección grave por COVID.
Además, la infección por COVID aumenta el riesgo de presentar enfermedad mental, incluso sin antecedentes de trastornos psiquiátricos, como consecuencia de la participación viral en inflamación en zonas que controlan la emoción y la cognición.