La Arquidiócesis Primada de México clama por justicia tras el asesinato del padre Marcelo Pérez y alerta sobre el aumento de la violencia contra el clero.
La Iglesia católica ha hecho un llamado urgente para implementar medidas efectivas que protejan a los sacerdotes y agentes pastorales, tras el reciente asesinato del padre Marcelo Pérez en Chiapas. A través de un editorial publicado en el semanario “Desde la fe”, la Arquidiócesis Primada de México expresó su indignación y exigió que los actos de violencia contra miembros de la Iglesia no queden impunes.
El editorial, titulado ‘¿Cuántos más como el padre Marcelo?’, destaca que la violencia contra los sacerdotes ha ido en aumento en el país y alerta sobre las condiciones de inseguridad que ponen en riesgo a quienes trabajan en comunidades vulnerables, particularmente en áreas amenazadas por el crimen organizado, como era el caso del padre Marcelo en San Cristóbal de las Casas.
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“¿Cuántos más? Si cada vez que un sacerdote se alza por la verdad, arriesga su vida, y más si lo hace en una comunidad vulnerada por el crimen organizado. ¿Cuántos sacerdotes y ciudadanos más deben ser asesinados para que se escuche su grito exigiendo justicia y paz?” cuestiona el editorial.
El llamado se une a la tristeza expresada por el papa Francisco, quien, tras oficiar misa en San Cristóbal de las Casas, lamentó el asesinato del padre Pérez, conocido por su valentía al denunciar la violencia del crimen organizado. “Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el Estado mexicano de Chiapas, que llora el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez el pasado domingo”, afirmó el pontífice.
La Iglesia católica subrayó el papel crucial que desempeñan los sacerdotes en la defensa de la paz y la justicia social en diversas comunidades. En el caso del padre Marcelo, se le reconoce por su labor en la defensa de los derechos de los indígenas y su compromiso en la búsqueda de la paz en una región históricamente marcada por la pobreza y la exclusión social.
El editorial también recordó que el padre Marcelo había denunciado la violencia en repetidas ocasiones, resaltando que “la violencia ya no se aguanta”. Se cuestionó la falta de acción por parte de las autoridades a pesar de las medidas cautelares que había recibido.
La Iglesia se unió a la exigencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano para que se implementen “medidas efectivas para proteger a quienes arriesgan su vida por la paz y la justicia”, recordando también los asesinatos de los jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos, cuya memoria aún duele en la comunidad.
El asesinato del padre Marcelo Pérez es un recordatorio de que México sigue siendo uno de los países más peligrosos para el clero, en medio de una ola de violencia que afecta a todo el territorio nacional. “No queremos ni una muerte más a causa de la violencia. Queremos una lucha conjunta por la paz y la justicia”, concluyó la Arquidiócesis.