El expresidente boliviano Evo Morales aseguró que su vehículo recibió 14 disparos en un ataque que dejó a su chofer herido.
Evo Morales, exmandatario de Bolivia (2006-2019), denunció un intento de asesinato después de que su camioneta recibiera 14 disparos por parte de desconocidos mientras se dirigía a la emisora donde conduce su programa de fin de semana. El ataque, que hirió a su chofer, ocurrió en la mañana del 27 de octubre en la ruta entre Villa Tunari y Lauca ÑÑ, en el Trópico de Cochabamba.
El ex presidente relató a la radio Kawsachun Coca que, al notar que dos o tres camionetas seguían su vehículo, su chofer intentó cambiar de rumbo, pero la persecución continuó. “Me di cuenta que era un operativo”, afirmó Morales. “A mí me ha sorprendido, felizmente salvamos la vida”, añadió, enfatizando que se escucharon al menos 14 disparos.
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El momento del ataque fue captado en un video de cuatro minutos filmado por una mujer que lo acompañaba, donde se escucha a los ocupantes del vehículo instando a Morales a agacharse mientras él intentaba alertar a otros sobre lo que sucedía. El video muestra el caos en el que el chofer sangraba por la cabeza mientras intentaba atravesar un área con mucho tráfico.
Morales logró abrir la ventanilla y alertar a los comunarios, pidiéndoles que bloquearan el camino para evitar que sus perseguidores lo alcanzaran. Tras el ataque, el exmandatario apuntó al Gobierno de Luis Arce, indicando que el ataque es parte de un plan para intentar asesinarlo tras fracasos en desestabilizarlo políticamente y procesarlo judicialmente.
Contexto político
Este ataque se produce en medio de un bloqueo indefinido de caminos por parte de seguidores de Morales, quienes exigen que el gobierno retire los procesos judiciales en su contra por supuestos delitos relacionados con trata de personas y estupro, acusaciones que consideran una persecución política. También demandan soluciones a la creciente crisis de alimentos, la escasez de dólares y problemas con el suministro de combustibles.
La Cancillería boliviana ha denunciado ante la comunidad internacional que estas protestas buscan interrumpir el orden democrático y afectan la estabilidad de la región suramericana. En respuesta, el presidente Luis Arce relevó al alto mando militar para preservar el orden interno y la democracia en el país.
