Conagua reporta aumento en niveles de presas, pero el 43.37% del país sigue en sequía

A pesar de un incremento en los niveles de las presas, casi la mitad de México continúa enfrentando condiciones de sequía, especialmente en el norte del país.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha dado a conocer que los niveles de las 210 principales presas del país han aumentado del 61% al 63%. Este cambio es una buena noticia en el contexto de una temporada de lluvias que ha sido más activa en comparación con años anteriores, sin embargo, no es suficiente para revertir el grave problema de sequía que persiste en gran parte del territorio mexicano.

Hasta ahora, las presas mencionadas han acumulado un total de 78 mil 950 millones de metros cúbicos de agua. A pesar de este incremento, es importante señalar que esta cifra representa un 13% menos que el promedio histórico para esta época del año, lo que sugiere que el agua almacenada aún no es suficiente para cubrir las necesidades hídricas del país. Esto se vuelve más crítico considerando que 43.37% del territorio nacional está actualmente bajo condiciones de sequía.

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Entre el 1 de enero y el 20 de octubre, México ha recibido 680.5 milímetros de lluvia, un aumento del 1.5% en comparación con los registros históricos de 1991 a 2020. Sin embargo, la distribución de esta precipitación ha sido desigual, lo que ha llevado a que ciertas regiones, particularmente en el norte del país, sigan enfrentando graves condiciones de sequía.

Norma Olvera Fuentes, investigadora del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que la sequía afecta principalmente al norte del país, donde los niveles de agua son críticamente bajos. Según el Monitor de Sequía, el Valle de México enfrenta un panorama alarmante: 51.3% de su territorio se encuentra en sequía extrema, mientras que el 33.9% presenta sequía moderada y un 14.7% está en condiciones de sequía excepcional.

Las consecuencias de esta situación son evidentes. En las regiones afectadas, los agricultores luchan por mantener sus cultivos, lo que a su vez impacta la producción de alimentos y puede llevar a un aumento en los precios de los productos básicos. Asimismo, las comunidades se ven obligadas a racionar el agua, lo que genera tensiones y problemas de acceso en las áreas más vulnerables.

Los expertos sugieren que se requieren medidas urgentes para mitigar los efectos de la sequía. Esto incluye no solo la gestión adecuada del agua almacenada en las presas, sino también la implementación de estrategias de conservación y el desarrollo de infraestructura para garantizar el acceso al agua potable en todas las comunidades, especialmente en aquellas que han sido más afectadas por la sequía.

Además, el gobierno y las autoridades locales deben trabajar en programas que promuevan el uso responsable y sostenible del agua, así como fomentar la investigación sobre prácticas agrícolas más eficientes que reduzcan la dependencia del agua.

La situación actual plantea un reto significativo para México, que enfrenta la necesidad de equilibrar el uso de sus recursos hídricos con el bienestar de su población y la salud de sus ecosistemas. La combinación de eventos climáticos extremos y el cambio climático seguirán presionando a las autoridades a adoptar medidas proactivas para enfrentar la creciente crisis hídrica del país.