Anthony Davis lleva a los Lakers a la victoria inicial de la temporada sobre los Wolves

LeBron James y Bronny James se convirtieron en el primer padre e hijo en jugar juntos en la NBA el martes por la noche durante la victoria de Los Angeles Lakers por 110-103 sobre los Minnesota Timberwolves.

La superestrella de 39 años y su hijo de 20 jugaron casi dos minutos y medio juntos al closing de la primera mitad del debut de Bronny en la NBA. También son el primer padre y su hijo que juegan en la NBA al mismo tiempo, y mucho menos en el mismo equipo.

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Quedaban cuatro minutos de la primera parte en uno de los grandes santuarios del deporte, el Crypto.com Arena de Los Ángeles -antiguo Staples Center, cuando la historia del deporte profesional dio un volantazo. LeBron James, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y probablemente el único capaz a discutir el trono a Michael Jordan como mito absoluto de la NBA, saltó a la pista con su hijo, Bronny James -LeBron James Jr.-, de 20 años (2004). Los primeros en la historia, pioneros absolutos.

Nadie nunca jamás imaginó que LeBron, ese chico que llegó a la NBA como el adolescente más mediático que jamás había jugado al baloncesto, iba a romper una frontera así. Por longevidad, grandeza y legado, el Rey sigue haciendo historia. A ser el mayor anotador de la NBA, un cuatro veces campeón y tener varios de los mayores highlights de todos los tiempos sumó algo familiar, íntimo y que se queda para siempre.

Aunque deportivamente no signifique nada (Bronny apenas jugó tres minutos y capturó un rebote), es algo más que eso. Es vida. “Verme en las tablas de anotadoras con mi padre, comprobarlo por primera vez. Es un momento loco que jamás olvidaré. Estoy extremadamente orgulloso”, recalcó Bronny. Igualaron a los Griffey, que jugaron en la MLB y eran los únicos padre-hijo en jugar en una liga mayor. Se hizo historia del deporte. “¿Estás listo?”, preguntó LeBron. El simple “sí” de Bronny valió el resto.

“Verme en las tablas de anotadoras con mi padre, comprobarlo por primera vez. Es un momento loco que jamás olvidaré”.