Un estudio revela que podría tratarse de un aliado clave en el proceso de sanación, ya que sus beneficios terapéuticos complementarían los tratamientos tradicionales
El dolor postoperatorio es una de las preocupaciones recurrentes al despertar de una cirugía. Escuchar música, ya sea a través de auriculares o en una sala de hospital, ha demostrado tener un impacto significativo en la reducción del dolor que perciben los pacientes después de una intervención quirúrgica, lo que plantea nuevas posibilidades para el manejo del dolor postoperatorio.
Reducción del dolor mediante la música
Un reciente estudio presentado en el Congreso anual del Colegio de Cirujanos de Estados Unidos ha concluido que escuchar música puede disminuir la sensación de dolor que experimentan los pacientes después de una cirugía. Un grupo de investigadores, provenientes de la Facultad de Medicina de la Universidad de California Northstate, revisaron más de 3.700 estudios para analizar el impacto de la música en la recuperación quirúrgica, centrándose especialmente en aquellos que mostraban datos sobre la percepción del dolor.
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Los resultados son claros: los pacientes que escuchan música luego de una intervención presentan una reducción significativa en sus niveles de dolor, medidos mediante dos escalas científicas. En la Escala de Calificación Numérica, los pacientes reportaron una reducción del 19% en el dolor, mientras que en la Escala Visual Analógica, esta disminución fue del 7%. Esto demuestra que la música no solo tiene un efecto relajante, sino que podría ofrecer una forma adicional de controlar el dolor sin la necesidad de aumentar la dosis de analgésicos.
Disminución de la ansiedad
Después de una cirugía, no solo el dolor físico afecta al paciente, sino también la ansiedad que suele acompañar al proceso de recuperación. Para muchos, el despertar de la anestesia es un momento confuso y angustiante, y es en este punto donde la música puede aportar un papel clave. Según el estudio, escuchar música después de una intervención quirúrgica contribuye de manera significativa a la reducción de la ansiedad, ayudando a los pacientes a afrontar mejor los primeros momentos tras la operación.
En los estudios revisados, los pacientes que escucharon música reportaron una disminución promedio del 3% en los niveles de ansiedad, una reducción pequeña pero importante según los estándares médicos. Los autores del estudio explican que este efecto tranquilizador de la música está relacionado con su capacidad para facilitar la transición entre el estado de anestesia y la vuelta a la conciencia plena. Durante este proceso, la música no solo actúa como una distracción, sino que también ayuda a los pacientes a sentirse en un entorno más familiar y seguro, lo que es crucial para reducir el estrés en una situación tan delicada.
El impacto de la música en la ansiedad postoperatoria refuerza la idea de que el bienestar psicológico es tan importante como la recuperación física. Esto convierte a la música en una herramienta no invasiva y de fácil acceso que puede complementar otros tratamientos para el manejo del estrés y la ansiedad en entornos quirúrgicos.
Uso menor de analgésicos
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que los pacientes que escucharon música después de una cirugía necesitaron significativamente menos analgésicos que aquellos que no lo hicieron. En concreto, el consumo de morfina, uno de los opiáceos más utilizados para aliviar el dolor postoperatorio, se reduce a menos de la mitad en aquellos que fueron expuestos a la música. Mientras que los pacientes que no escucharon música consumieron una media de 1.654 miligramos de morfina al día siguiente de la operación, los que sí lo hicieron necesitaron tan solo 0,758 miligramos.
Mejora de la frecuencia cardiaca
El efecto de la música sobre la frecuencia cardíaca de los pacientes postoperatorios también ha sido uno de los aspectos claves identificados en la investigación. Los pacientes que escucharon música después de la cirugía mostraron una reducción promedio de 4,5 latidos por minuto en comparación con aquellos que no lo hicieron. Esta disminución puede parecer mínima, pero según los investigadores es un dato crucial para la recuperación.
Evidencia científica revisada
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores llevaron a cabo una revisión exhaustiva de la literatura científica disponible sobre los efectos de la música en pacientes postoperatorios. En total, analizaron 3.736 estudios, pero centraron su análisis en los 35 que proporcionaron los datos más detallados y precisos sobre cómo la música influye en cuatro áreas claves de la recuperación: la reducción del dolor, la disminución de la ansiedad, el uso de analgésicos. y la frecuencia cardiaca.
Este enfoque meticuloso permitió a los investigadores identificar patrones consistentes en los estudios revisados, mostrando que la música, independientemente del género o del tiempo de exposición, tiene efectos positivos medibles en la recuperación de los pacientes tras una cirugía. Aunque aún quedan interrogantes por resolver, como la duración óptima de la exposición a la música o los tipos de música más efectivos, la evidencia recopilada refuerza la idea de que la música puede ser una herramienta eficaz, no invasiva y económica para mejorar el proceso de recuperación quirúrgica.