Los cubanos, ya cansados de la penuria y el desabastecimiento, enfrentan un futuro incierto mientras la crisis eléctrica se agudiza.
La generación eléctrica en las provincias del occidente de Cuba, incluida La Habana, comenzó a recuperarse este domingo tras un apagón total que afectó a la isla durante 48 horas debido a un fallo en el sistema electroenergético nacional (SEN).
El director general de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), Lázaro Guerra, informó en la televisión estatal que la central termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las más importantes del país, ha reiniciado operaciones. Esta acción, junto con la reactivación de otras plantas menores, busca restablecer el suministro eléctrico en la región occidental.
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La desconexión del subsistema occidental se produjo la noche del sábado por una avería en la unidad 1 de la central ubicada en Santa Cruz, Mayabeque. Durante el proceso de restauración, también están operativas las centrales terrestres y flotantes en La Habana, Artemisa y Matanzas.
A pesar de la reactivación, la empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) reportó que, aunque 24 circuitos en barrios periféricos de La Habana ya cuentan con servicio, la mayoría de los 2.5 millones de habitantes de la capital aún permanecen sin electricidad.
El colapso del SEN ocurrió el viernes por la mañana tras una “salida imprevista” de la central Antonio Guiteras, lo que desestabilizó el sistema energético y dejó al país con “cero cobertura energética nacional”. Esta crisis energética es el resultado de un sistema en estado precario, con un déficit crónico de combustibles debido a la falta de divisas para importaciones, así como frecuentes fallas en centrales termoeléctricas obsoletas, muchas de las cuales han estado en operación durante más de 40 años.
Actualmente, Cuba cuenta con siete centrales termoeléctricas de diseño soviético y 20 unidades de generación, de las cuales varias estaban fuera de servicio por mantenimiento y averías. Los apagones se han convertido en una constante en la vida cubana, agravando la crisis económica que ha visto una contracción del 1.9% en 2023, y que aún no alcanza los niveles pre-pandemia de 2019.
Estos apagones han llevado a un aumento del descontento social, desencadenando protestas antigubernamentales, como las del 11 de julio de 2021, y más recientemente en marzo de 2023 en Santiago de Cuba y otras localidades.
La última crisis de “cero producción” se registró en septiembre de 2022 tras el huracán Ian, lo que dejó a la nación a oscuras y con una recuperación que llevó varios días.
