Los investigadores volvieron analizarla y descubrieron que en realidad no se trata de una única enana marrón
En 1995 los astrónomos confirmaron el descubrimiento por primera vez de una enana marrón, un cuerpo demasiado pequeño para ser una estrella y demasiado grande para ser un planeta. Pero esa no era toda la historia.
Los investigadores han vuelto a analizarla y han descubierto que en realidad no se trata de una única enana marrón, sino de dos que orbitan sorprendentemente cerca la una de la otra alrededor de una pequeña estrella. Así lo documentan dos nuevos estudios realizados con telescopios de Chile y Hawai.
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Las dos enanas marrones están unidas gravitacionalmente en lo que se denomina un sistema binario, una disposición comúnmente observada entre las estrellas.
Así, la enana marrón que hace tres décadas recibió el nombre de Gliese 229B se reconoce ahora como Gliese 229Ba, con una masa 38 veces mayor que Júpiter, el planeta más grande de nuestro sistema solar, y Gliese 229Bb, con una masa 34 veces mayor que Júpiter.
Están a 19 años luz de nuestro sistema solar -bastante cerca en términos cósmicos- en la constelación de Lepus. Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año, unos 9.5 billones de kilómetros.
Las enanas marrones binarias son una rareza. Estas dos orbitan entre sí cada 12 días a una distancia de sólo 16 veces la separación entre la Tierra y la Luna. Solo se conoce otra pareja de enanas marrones que orbiten tan cerca la una de la otra.