El cantante y compositor de country Kris Kristofferson, famoso por canciones como “Me and Bobby McGee” y actor en películas como Convoy y el remake de Ha nacido una estrella murió el sábado a los 88 años en su casa de Maui (Hawái). Su familia ha informado del fallecimiento en la red social Instagram.
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Como estudiante excelente logró una prestigiosa beca Rhodes para hacer un post graduado en la Universidad de Oxford. Sin embargo, Kris Kristofferson se alistó en el ejército al regresar a Estados Undos. Una vez en West Point, un superior lo designó para dar clases de inglés. Renunció. En lugar de eso, se convirtió en escritor de canciones.
Kristofferson, músico country, actor y activista caracterizado por su melena y su barba, que encarnó el espíritu contracultural de los Estados Unidos de posguerra, falleció a los 88 años en su casa de Maui (Hawaii) el pasado sábado. Así lo informó este domingo Ebie McFarland, una portavoz, sin especificar las causas de la defunción.
“Murió con tranquilidad”, indicó McFarland en un comunicado en el que habló del marido, padre y abuelo, y al que definió como “un pacifista, un revolucionario, una súper estrella, un sex simbol y un hombre de familia”. Acumuló numerosos premios en sus dos facetas profesionales.
En esa doble carrera se movió entre Johnny Cash y Martin Scorsese. Empezó como cantautor, donde sus composiciones literarias pero sencillas infundieron a la música country una profundidad y un tono raramente escuchados. Esto le llevó a una segunda exitosa trayectoria como actor.
Vio su primera luz en Brownsville (Texas) el 22 de junio de 1936, se crío en San Mateo (California) y estudio en el Pomona College californiano, donde se graduó con honores tras destacar en la práctica del boxeo, antes de completar su formación en Inglaterra y descubrir su vocación musical entre uniformados en la famosa academia militar del estado de Nueva York.
Su música llegó en un momento en que los baby boom de EE.UU. estaban llegando a su mayoría de edad. Kristofferson se inspiró en Hank Williams y Bob Dylan. En la década de 1970 fue reconocido como un talento forjado en la escuela musical de Nashville. Su descubrimiento como compositor se produjo con For the good times, una balada agridulce con la que encabezó las listas de éxitos.
Pero su consagración se produjo después de que Cash interpretará su tema Sunday Morning coming down, uno de sus grandes éxitos con el que el legendario músico alcanzó el número uno. Este tema, en el que expresó más que el solo malestar de alguien con resaca, dio voz a sentimientos de abandono que rayan en lo absoluto.
Johnny Cash no fue un caso aislado. Centenares de artistas han grabado sus temas, entre estos Al Green, The Grateful Dead, Michael Bublé o Gladys Night and the Pips.
Adentrándose en una sensibilidad neo romántica, a la que debía tanto a John Keats como a la generación Beat y Dylan, según la descripción de expertos en su obra, Kristofferson exploró las cuestiones de la libertad y el compromiso, la alienación y el deseo, la oscuridad y la luz.
Todo esto se reflejo en una de sus creaciones más elogiadas, Me and Bobby McGee. Janis Joplin, con quien él tuvo una breve relación sentimental, logró tras su muerte el número uno con esta grabación.
En 1972, Kristofferson ganó un Grammy por una canción country Help me make it through the nigh, también otro numero uno en la voz de Sammi Smith.
Su círculo de Nashville le impulsó a lo más alto. “Mirando hacia atrás, siento que era una especie de París en los años veinte”, afirmó en una entrevista con el diario No Depression en el 2006. “Realmente creativo y realmente emocinante”, señaló respecto a la ciudad conocida como cuna del country.
Su voz ronca nunca ganó mucha tracción en la radio, con la excepción de Why me, canción de impregnación gospel, evangélica, con la que llegó a lo más alto en 1973.
Hubo más Grammy por canciones country como los que atesoró con From the bottle to the bottom (1973) y Lover Please (1975), interpretadas a duo con Rita Coolidge, con la que estuvo casado gran parte de los años de 1970.
A mediados de ese década recibió la llamada de Hollywood. Apareció en la película de Sam Pekinpah Pat Garret y Billy el niño (1973), en la qué él hizo el papel del proscrito Billy. Luego le llamó Scorsese para su aclamada Alicia ya no vive aquí.
Kristofferson se convirtió en un arquetipo, por su cabellera, su sabiduría, su romanticismo visto en todo el país a través del la taquillera Ha nacido una estrella, film de 1976 en el que interpretó a un ícono musical venido a menos en contraposición a una emergente y prometedora voz, papel que recayó en Barbra Streisand. Gracias a este trabajo ganó un Globo de Oro en 1977 como mejor actor.
A lo largo de cuatro décadas actuó en más de 50 películas entre las que destaca el magnífico neo westarn Lone Star de John Sayles, nominada en los Oscar en 1996.
Rompió el molde, por cuanto no es habitual que un compositor sea un buen actor, pero su magnetismo le hizo ser una excepción a la norma.
Retornó a la música. Su último gran éxito fue la grabación The Highwayman, otro número uno country en 1985 realizado por The Highwaymen, el grupo de estrellas country que él lideró y del que formaron parte amigos como Waylon Jennings, Willie Nelson o Cash. Pero ya nunca logró la atención del gran público como en épocas previas.
“Nunca me habría dedicado a estos, nunca habría hecho discos si no escribiera”, afirmó en otra entrevista en otra entrevista. “Escritor” es la profesión que aparecía en su pasaporte.