La National Gallery of Art en Washington DC alberga “Paris 1874: The Impressionist Moment”, una exhibición con más de 125 obras de los impresionistas franceses, y suma la interpretación inmersiva de Andrey Zakirzyanov, quien ya hizo esto con Van Gogh
El uso de la inteligencia artificial (IA) ha transformado la manera en que se perciben las obras de arte. Un ejemplo reciente de este fenómeno es la animación de una pintura de Vincent van Gogh, donde elementos como las olas del mar cobran vida gracias a sofisticados algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de imágenes y generan una experiencia inmersiva para los espectadores.
Este tipo de proyectos ofrecen nuevas formas de interacción visual y reabren el debate sobre la autenticidad y la percepción del arte en la era digital.
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Uno de los artistas más destacados en este campo es Andrey Zakirzyanov, cuya experiencia en la animación de obras de arte tradicionales ha sido reconocida en múltiples proyectos. Según su enfoque, las técnicas contemporáneas de animación permiten respetar los elementos originales de las pinturas mientras se introduce un dinamismo visual sin alterar la esencia de las mismas.
Un ejemplo significativo de esta colaboración entre IA y arte tradicional tuvo lugar en el Museo D’Orsay, donde una imagen animada de Van Gogh interactuaba con los visitantes, basada en un algoritmo entrenado con las cartas del propio artista.
Ahora, Zakirzyanov lleva su arte a la National Gallery of Art de Washington, DC, Estados Unidos. Allí participa en la exposición Paris 1874: The Impressionist Moment. Esta muestra, que abrió el 8 de septiembre y se extiende hasta el 19 de enero de 2025, incluye su interpretación inmersiva de la obra de Pierre-Auguste Renoir titulada “Pont Neuf, Paris”.
La exhibición, tal como informó el museo, celebra el movimiento impresionista al reunir más de 125 obras de artistas como Claude Monet, Berthe Morisot y Renoir. Esta retrospectiva profundiza en la histórica primera exposición impresionista organizada por la Société Anonyme en 1874, un evento que transformó el curso del arte moderno.