La joven, de 14 años al momento del crimen, enfrenta cargos por homicidio, intento de asesinato y manipulación de pruebas
Un trágico suceso ha conmocionado a la comunidad de Mississippi tras la muerte a tiros de Ashley Smylie, de manos de su propia hija, Carly Gregg. La adolescente, quien tenía 14 años al momento del crimen, ahora enfrenta cargos por homicidio en primer grado, intento de asesinato y manipulación de pruebas.
Según las autoridades, el detonante del fatal incidente fue el descubrimiento por parte de Smylie de vaporizadores con marihuana en la habitación de su hija. En un intento por ocultar las pruebas, Gregg habría disparado a su madre en el rostro, para luego intentar eliminar al padrastro.
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Cámaras de seguridad instaladas en el hogar de la familia captaron los momentos previos y posteriores al crimen. Las imágenes muestran a Gregg deambulando por la casa de manera errática, con un arma oculta. Tras los disparos, la adolescente envió un mensaje al padrastro, quien al llegar fue recibido con otro disparo.
Durante el juicio, la defensa de Gregg ha argumentado que la joven sufría de problemas de salud mental, incluyendo cambios de humor drásticos y alucinaciones auditivas. Además, se reveló que la adolescente consumía marihuana y medicamentos psiquiátricos, lo que habría agravado su estado.
Expertos en salud mental han señalado que la combinación de factores psicológicos, el consumo de sustancias y la presión familiar podrían haber desencadenado un episodio psicótico en Gregg.|