El actor y piloto de carreras tenía 63 años y no se informó la causa de su muerte
El mundo del cine llora la pérdida de una leyenda, el actor Chadwick Steven McQueen falleció el pasado 11 de septiembre a los 63 años de edad. Conocido por su increíble papel de Dutch en la franquicia cinematográfica “Karate Kid”, McQueen dejó su huella en la industria del entretenimiento como actor, productor y piloto de carreras. Descubre más sobre su vida y cómo su legado continuará inspirando a futuras generaciones y aficionados al cine.
Es imposible mencionar a Chad McQueen sin evocar la figura de su padre, Steve McQueen, una leyenda en la historia del séptimo arte. Terrence Stephen McQueen, apodado cómo “The King of Cool”, fue un actor estadounidense mundialmente conocido por su estilo único, su presencia en pantalla y su habilidad para interpretar personajes rebeldes. Saltó a la fama en la década de 1960 por su participación en cintas como “Los siete magníficos” y “La gran evasión”.
Su hijo, Chad McQueen, siguió sus pasos en la industria del entretenimiento, pero también forjó su propio camino. Chadwick nació en los Ángeles, California en 1960 y desde muy temprana edad, fue un ávido entusiasta de los automóviles, las motocicletas y las carreras, intereses que heredó de su padre.
Se hizo famoso por su papel de Dutch en “Karate Kid” de 1984 y su secuela, lanzada dos años después, pero también protagonizó otras películas como “New York Cop”, “Squanderers” y “Red Line”.
Además de su carrera como actor, McQueen compitió en eventos como las 24 Horas de Le Mans y las 12 Horas de Sebring. Su faceta como corredor llegó a su fin debido a un accidente en el Daytona International Speedway en 2006, pero continuó involucrado en la industria automotriz. En 2010, fundó McQueen Racing, una empresa que desarrolla coches y motos de alto rendimiento.
Sin duda, Chad McQueen dejó su legado como un talentoso actor, productor y artista marcial y es un recordatorio constante de la responsabilidad que conlleva llevar el nombre de una leyenda.