La empresa constructora japonesa Kongō Gumi es la empresa más longeva del mundo y fue fundada en el año 578 d.C.
Japón es el hogar de algunas de las empresas más antiguas del mundo. Pero ninguno ha corrido más tiempo que Kongō Gumi. Esta empresa constructora fue fundada en el año 578 d.C. En ese momento, el príncipe Shōtoku de Japón estaba buscando construir un templo budista, pero como el país era principalmente sintoísta, no había carpinteros con ese conjunto de habilidades. Entonces, llamó a los miyadaiku (carpinteros con formación en la construcción de templos budistas) de un reino budista que ahora es Corea. Uno de estos carpinteros, Kongō Shigetsu, formó la empresa y el resto es historia.
No solo construyeron ese templo inicial, el Shitennō-ji de Osaka, sino que también fueron responsables de la construcción del Castillo de Osaka. Ambas estructuras mantuvieron ocupado el negocio familiar, ya que fueron destruidos por incendios y otros desastres naturales varias veces y necesitaban constantemente reconstrucción. También se mantuvieron ocupados a medida que el budismo se extendía por todo el país, lo que provocó un auge en la construcción de templos budistas. Pero esa no es la única razón del éxito de Kongō Gumi.
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Sus trabajadores estaban altamente cualificados, y los aprendices tenían que trabajar durante 10 años para perfeccionar su oficio. Para ser considerados maestros carpinteros, tendrían que trabajar duro durante una década más. La empresa también organizó a sus trabajadores en kumi, grupos independientes con habilidades específicas que trabajan juntos en proyectos. Esta tradición continúa hoy en día y permite a los trabajadores empujarse unos a otros y compartir conocimientos.
Kongō Gumi también se ha mantenido flexible frente a los desafíos que naturalmente ocurrirán durante un negocio de 1.400 años. Durante la Segunda Guerra Mundial, la compañía se dedicó a la construcción de ataúdes cuando la construcción de templos se detuvo. También mostraron una voluntad de incorporar nuevas tecnologías manteniendo los métodos de construcción tradicionales. Por ejemplo, después de la Restauración Meiji, comenzaron a incorporar hormigón en sus diseños. Más tarde, serían pioneros en el uso del CAD (diseño asistido por ordenador) para las patillas.
Quizás lo más importante es que se tomaron muy en serio el papel de carpintero jefe, que era el jefe de la empresa. La tradición dictaba que el hijo mayor fuera nombrado carpintero jefe, pero hubo varias ocasiones en las que Kongō Gumi tomó medidas para preservar la empresa si esa persona no estaba a la altura de la tarea. Si no había un heredero varón adecuado, buscarían una pareja competente y lo traerían como yerno para mantener el apellido y la empresa.
Una vez, incluso trajeron a una mujer de la familia para que dirigiera las cosas. Durante la Depresión Shōwa posterior a la Primera Guerra Mundial, cuando el 37º líder se suicidó debido a la decadencia financiera, su viuda Yoshie fue nombrada carpintera principal. Mostró una habilidad notable, expandiendo la compañía y presionando al gobierno para que les permitiera producir ataúdes para sobrevivir. También separó los puestos gerenciales de los puestos de carpintería, lo que ayudó a que la empresa prosperara.
Hasta 2006, Kongō Gumi funcionó como una entidad independiente. Ese año, se convirtió en una subsidiaria de Takamatsu Construction Group. Esto ha permitido a Kongō Gumi ajustar su modelo de negocio sin dejar de utilizar las técnicas de construcción tradicionales que lo hicieron famoso. Según el perfil empresarial de 2023, la empresa cuenta con 110 empleados, frente a los 80 que tenía cuando se adquirió.
Todavía genera alrededor de $ 38 millones al año, que pueden fluctuar dependiendo de cuándo surjan grandes proyectos de templos (la compañía también se encarga de proyectos residenciales y de oficinas). Si bien la familia Kongō ya no está involucrada en la administración, todavía hay un miembro de la familia con el título de sho daiku (carpintero principal). Como hija del 40º jefe de familia, es el 41º jefe de carpintería.