Investigaciones recientes sugieren que el sitio de Göbekli Tepe, en Turquía, de 12.000 años de antigüedad, podría contener el calendario solar más antiguo conocido del mundo, anterior a otros sistemas en miles de años.
Los académicos llevan mucho tiempo debatiendo quién fue el primero en empezar a contar el tiempo. ¿Fue Julio César, en el año 45 a. C., quien creó el calendario romano e introdujo el día bisiesto? ¿O los antiguos mayas, en el año 250 d. C., conocidos por sus complejos sistemas de relojería y su fascinación por la cronología? Investigaciones recientes sugieren que los primeros creadores del calendario en realidad llegaron mucho antes.
Los científicos han descubierto recientemente lo que podría ser el calendario solar más antiguo conocido en el mundo, interpretado a partir de misteriosas e intrincadas tallas en Göbekli Tepe, en Turquía. Göbekli Tepe, un sitio arqueológico de 12.000 años de antigüedad, está considerado como uno de los primeros indicadores de asentamiento humano organizado en la historia, anterior tanto a las pirámides egipcias como a Stonehenge .
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El estudio, publicado en Time and Mind , explica cómo los investigadores interpretaron varias estructuras y símbolos en el contexto de un antiguo sistema de calendario lunisolar. Las marcas más destacadas son símbolos en forma de V sobre un pilar, identificados para representar días individuales dentro de un sistema de cronometraje de 365 días que incluye 11 días epagoménicos o adicionales.
Los investigadores también creen que los recintos de 11 pilares de Göbekli Tepe y una estructura de piscina similar de 11 pilares en la cercana Karahan Tepe podrían estar conectados a este mismo sistema de calendario lunisolar. Este descubrimiento es el ejemplo más antiguo conocido de este tipo.
Además, los investigadores creen que los pueblos antiguos de Göbekli Tepe tenían en alta estima el solsticio de verano, evento que se representaba mediante un símbolo especial: una V que se lleva alrededor del cuello de un ave parecida a un águila. Este motivo en V también aparece en otros artefactos, incluida la estatua del Hombre de Urfa, una talla mural en Sayburç y una estatua en Karahan Tepe. Los collares con el símbolo en V de estas figuras podrían sugerir que se las consideraba deidades creadoras o controladoras del tiempo.