Pinturas oníricas evocan los recuerdos de la infancia de un artista de la vida rural

La artista Anastasia Trusova utiliza acrílicos vibrantes para crear coloridas pinturas de empaste inspiradas en la naturaleza

La artista Anastasia Trusova utiliza acrílicos brillantes para crear coloridas pinturas empastadas inspiradas en la naturaleza que parecen sacadas de un sueño.

Desde colinas y prados ondulados hasta ríos sinuosos y lagos serenos, cada escena psicodélica ofrece un giro moderno a las pinturas impresionistas clásicas, que recuerdan a las obras de Claude Monet y Vincent van Gogh.

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Trusova creció en un pequeño pueblo de Rusia, donde recuerda la sencillez de la vida rural. “No teníamos mucho, como todos los demás en ese entonces”, recuerda, “pero estábamos rodeados de abundante naturaleza: bosques, lagos y pantanos”.

Su pasión por el arte comenzó en la infancia, lo que la llevó a estudiar diseño en la universidad. Después de graduarse, Trusova pasó ocho años en China trabajando como diseñadora de zapatos. Finalmente, se mudó a Bélgica para reunirse con su esposo.

Ahora madre de tres hijos, Trusova se dedica por completo a su práctica pictórica, habiendo desarrollado un estilo único que ella llama “impresionismo gráfico texturizado”.

Al aplicar capas de pintura acrílica aplicada espesamente a su lienzo, Trusova puede capturar las abundantes texturas de la naturaleza. Ella dice: “Quiero mostrar la variabilidad de la naturaleza, la belleza del momento, tal como yo lo veo”.

Las flores y las hojas cobran vida con gruesas manchas de pigmento, mientras que las nubes arremolinadas se forman deslizando hábilmente la pintura por el lienzo con una herramienta de raspado texturizada.

Trusova busca capturar y preservar los recuerdos de su infancia de la vida rural en su arte, con la esperanza de que las generaciones futuras también lleguen a apreciar la belleza de la naturaleza a través de su trabajo.