El candidato vicepresidencial demócrata aceptó ayer la nominación y habló de lo difícil que fue para él y su esposa tener hijos
En la noche en que el gobernador de Minnesota, Tim Walz, aceptó la nominación como candidato vicepresidencial demócrata, en el tercer día de la Convención Nacional Demócrata, un gesto de su hijo Gus cautivó al público y se volvió viral.
Walz estaba hablando sobre «el infierno» por el que pasaron él y su esposa Gwen por no poder hijos y cómo tuvieron que recurrir a tratamientos de fertilidad. «Cuando nuestra hija nació, la llamamos Hope (Esperanza, en español). Hope, Gus y Gwen, ustedes son mi mundo entero y los amo».
Las cámaras enfocaron entonces a la familia de Walz. Mientras Gwen lloraba emocionada, Hope hizo un corazón con las manos y se lo puso en el pecho. Gus sollozaba y de repente comenzó a gritar: «¡Ese es mi papá!«. El gesto se hizo viral.
La familia Walz ha hablado ya del «poder secreto» de Gus, de 17 años, cuya neurodivergencia incluye trastorno del aprendizaje no verbal, déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y desorden de ansiedad, según un perfil de la revista People. Describieron a Gus como extremadamente observador, calificándolo de «excelente hijo y hermano», alguien «brillante y preparado para el éxito».
No es la primera vez que Gus recibe atención a gran escala. «Creo que era marzo del 17, y Gus dijo que siempre había querido un perro», contó Walz a The Minnesota Star Tribune. «Yo le dije: ‘Bueno, Gus, si ganamos la carrera a gobernador, tendremos un perro'».
Gus no volvió a mencionar el tema hasta que Walz ganó, más de un año después. Por aquel entonces, tenía 12 años.
Walz recordó que mientras la familia veía cómo llegaban los resultados la noche de las elecciones, «salió en la tele que daban por ganada la carrera y Gus gritó inmediatamente: “¡Oh, ahora tengo un perrito!”».
Y así fue. La familia adoptó a un perrito mezcla de labrador en un refugio, al que le pusieron Scout, y del que Gus se encargó desde el primer momento.
