Abren un sarcófago en la ‘Tumba de Cerbero’

La Tumba de Cerbero está ubicada en las áreas subterráneas de Giugliano, Nápoles (Italia), una ciudad asentada sobre un laberinto de antiguos túneles y catacumbas originalmente excavados por los griegos y luego ampliados por los romanos para diversos propósitos, incluido el funerario.

Esta ancestral tumba forma parte de una necrópolis más grande que sirvió como cementerio para los ricos y la élite de la antigua ciudad de Nápoles (muy cerca de Pompeya). Se le dio este nombre al lugar al hallarse en la entrada a una tumba de cámara, un impresionante fresco que representaba a Cerbero, el perro de tres cabezas de la antigua mitología griega que representaba al guardián del inframundo.

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Ahora, tras el hallazgo de dos sarcófagos en la que fue bautizada como la ‘Tumba de Cerbero’, los arqueólogos han abierto uno de ellos.

Los investigadores habían estado examinando la tumba con microcámaras antes de encontrar un pasaje que conducía al sarcófago, que había permanecido sellado durante miles de años. Para su sorpresa, dentro se encontraba una momia en perfectísimo estado de conservación.

Se ha conservado así durante miles de años. Tras destapar completamente el sarcófago, descubrieron que el cuerpo estaba bastante bien conservado, con la cara hacia arriba y cubierto por un sudario.

La caja de piedra había permanecido sellada y sepultada durante más de 2000 años. Y es sorprendente, para los expertos, el espectacular estado de conservación de una momia con miles de años.

“La Tumba de Cerbero continúa ofreciendo información valiosa sobre el territorio Flegreo cerca de Liternum”, explicó Marian Nuzzo, superintendente del Ministerio de Cultura italiano, en un comunicado de prensa, “ampliando el conocimiento del pasado y ofreciendo oportunidades para la investigación de naturaleza multidisciplinaria”.

El análisis en curso del contenido del sarcófago podría proporcionar nuevos conocimientos sociales, culturales y científicos sobre la vida antigua.

El individuo estaba cubierto por un sudario y rodeado de una miríada de objetos que incluían varios frascos de ungüentos y herramientas de limpieza corporal que se utilizan a menudo en el proceso de entierro. Los restos se habían conservado con cremas a base de plantas (una crema hecha de chenopodium, un género de hierba perenne conocida coloquialmente como pata de ganso, y absinthium, absenta), que se aplicaron sobre el cuerpo antes de ser sellados en la cámara, lo que proporciona evidencia nueva y detallada que revela cómo la Antigua Roma embalsamaba a sus propios muertos.

Es posible que la conservación de esta persona haya sido ayudada por las condiciones climáticas de la cámara funeraria, que parece haber mineralizado el sudario.