Estudiantes en EU han jurado proseguir con su activismo, alimentado por el creciente saldo de muertes en Gaza
A medida que los estudiantes empiezan a regresar a clases en Estados Unidos, las universidades están anticipando un resurgimiento del activismo en contra de la guerra en Gaza, y algunas de ellas están adoptando reglas para limitar el tipo de protestas que estremecieron a las instituciones en la primavera.
Si bien las vacaciones veraniegas ofrecieron un descanso de las protestas, también le dieron tanto a los manifestantes como a los administradores la oportunidad de reagruparse y debatir estrategias previo al inicio de clases en el otoño.
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Hay mucho en juego. En la Universidad de Columbia en Nueva York, donde comenzó una ola de acampados propalestinos, la presidenta Minouche Shafik renunció el miércoles tras caer bajo intenso escrutinio por su manejo de los alzamientos. Su renuncia ocurrió apenas días después de que la institución confirmó que tres decanos habían renunciado tras reportes de que intercambiaron textos despectivos durante un foro universitario sobre la vida judía y el antisemitismo en la universidad.
Algunas de las nuevas normas aprobadas por las universidades incluyen una prohibición a los acampados, límites a la duración de una protesta, permitir demostraciones solo en espacios designados y restringir acceso al campus solo para quienes tengan identificación universitaria. Los críticos dicen que algunas medidas violan la libertad de expresión.
En la Universidad de Harvard, el borrador de un documento obtenido por el periódico estudiantil en el verano muestra que la institución estaba considerando prohibir los acampados nocturnos, los mensajes en tiza y los carteles no aprobados.
Muchos manifestantes estudiantiles en Estados Unidos han jurado proseguir con su activismo, alimentado por el creciente saldo de muertes en Gaza, que el jueves superó los 40.000 según el Ministerio de Salud del territorio.
Las tensiones han ido subiendo desde el 7 de octubre, cuando milicianos del grupo palestino Hamás atacaron Israel y mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y se llevaron como rehenes a unas 250.
Mahmoud Khalil, uno de los líderes de las manifestaciones en Columbia, dijo que totalmente anticipa que las protestas continúen en el otoño, incluyendo los acampados.
“Mientras Columbia continúe invirtiendo y beneficiándose del apartheid israelí, los estudiantes continuarán su activismo de muchas distintas maneras”, dijo.
Añadió que unos 50 estudiantes todavía enfrentan medidas disciplinarias por las protestas de la primavera, luego de que se estancó un proceso de mediación. Culpó a la administración de Columbia por el impasse.
“A la universidad le encanta aparentar que está dialogando con los estudiantes, pero son todos pasos falsos con la intención de calmar a los donantes y su clase política”, dijo Khalil, estudiante de posgrado de la Escuela de Estudios Internacionales de Columbia.