Los investigadores cultivaron las cepas y realizaron la secuenciación genética de los microbios, detectando 747 especies diferentes dentro de 24 familias bacterianas
Las bacterias pueden adaptarse a una amplia gama de ambientes hostiles, sobreviviendo e incluso prosperando en derrames de petróleo marino, basura plástica transportada por el océano, terrenos industriales abandonados e incluso en el interior de la Estación Espacial Internacional.
Ahora, los investigadores han encontrado bacterias que se han adaptado a uno de los lugares potencialmente más mortales imaginables: los hornos microondas.
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“Nuestros resultados revelan que las microondas domésticas tienen un microbioma más ‘antropizado’, similar a las superficies de la cocina, mientras que las microondas de laboratorio albergan bacterias que son más resistentes a la radiación”, dijo el investigador Daniel Torrent de Darwin Bioprospecting Excellence SL en Paterna, España.
Para el estudio, los investigadores tomaron muestras de microbios de 30 microondas: 10 en cocinas de un solo hogar, 10 en espacios compartidos como cafeterías y lugares de trabajo, y 10 de laboratorios de biología molecular y microbiología.
Los investigadores cultivaron las cepas y realizaron la secuenciación genética de los microbios, detectando 747 especies diferentes dentro de 24 familias bacterianas.
Descubrieron que las comunidades microbianas típicas se superponían entre los microondas domésticos y los que se utilizan para calentar alimentos en los lugares de trabajo. Esas bacterias tendían a ser las mismas que los gérmenes que se encuentran en las superficies típicas de la cocina.
“Algunas especies de géneros que se encuentran en microondas domésticas, como Klebsiella, Enterococcus y Aeromonas, pueden representar un riesgo para la salud humana”, dijo Torrent. “Sin embargo, es importante tener en cuenta que la población microbiana que se encuentra en los microondas no presenta un riesgo único o aumentado en comparación con otras superficies comunes de la cocina”.
Las microondas de laboratorio tendían a contener la mayor diversidad de microbios, y las microondas domésticas la más baja.
Los microbiomas encontrados en las microondas se parecían mucho a los microbios encontrados en los paneles solares, dijeron los investigadores.
Los investigadores especularon que el choque térmico constante y la radiación electromagnética producida por los paneles solares probablemente tienen el mismo efecto en las bacterias que las microondas, matando a todos los microbios, excepto a los más resistentes.
El nuevo estudio aparece en la edición del 8 de agosto de la revista Frontiers in Microbiology.