Fragmento del mural expuesto en la sala principal de Universum Museo de las Ciencias
Los ilustradores científicos enfrentan varios desafíos en el contexto del cambio climático y el desarrollo de la inteligencia artificial (IA). En el primer caso, los retos van desde documentar especies en peligro de extinción, con ilustraciones precisas e información actualizada; hasta comunicar visualmente los impactos de la alteración en los hábitats y las distribuciones de muchas especies, de manera comprensible para el público general.
Mientras en el segundo rubro, se trata de familiarizarse con nuevas herramientas y tecnologías para mejorar y agilizar su labor, hasta desarrollar la capacidad de equilibrar la precisión científica con la innovación tecnológica, coincidieron María Teresa Jiménez Segura, adscrita al Instituto de Ecología A C, en Veracruz, y Alberto Guerra, especialista en el dibujo de fauna marina y colaborador en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Yucatán.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
En entrevista por separado, Alberto Guerra definió al ilustrador científico como un profesional que crea representaciones visuales detalladas de plantas, animales, estructuras anatómicas, procesos biológicos, y otros fenómenos naturales, útiles para transmitir conocimiento en publicaciones, libros de texto, artículos de revistas, museos, y materiales educativos.
Consideró que la principal contribución de los artistas gráficos, es que tienen la función de traducir a un idioma visual el conocimiento, con la finalidad de facilitar su entendimiento.
Para Guerra la profesión vive un auge en México, y de ser un gremio de apenas 20 personas en 2000, para 2024 se puede hablar de 200 intérpretes ilustradores.
Sobre los desafíos que impone el cambio climático a estos profesionales, Jiménez Segura dijo que lo principal es reflexionar sobre ¿cuál es nuestro papel o responsabilidad de los ilustradores científicos en este contexto? Al final, somos comunicadores y nuestras representaciones más allá de ser bellas, tienen que cumplir un objetivo comunicativo de sensibilizar en torno a esta problemática, y mover a la acción pública”.
Consideró que otro punto relevante es incentivar la colaboración estrechamente con los investigadores y otros ilustradores para tener la información más actualizada y abordar temas complejos de conservación y cambio climático en sus imágenes.
En su turno, Alberto Guerra observó que aunque tenemos muy presente el término cambio climático, muchas veces no dilucidamos de qué se trata, a qué factores se debe, y cuáles son sus repercusiones, ahí es donde tenemos un papel clave para ayudar a los expertos en el tema a explicar este fenómeno a la sociedad en general.