XIV Domingo de Tiempo Ordinario – Ciclo B (Marcos 6, 1-6) – julio 7, 2024
Ezequiel 2, 2-5; Salmo 122; 2 Corintios 12, 7-10
En las lecturas y el evangelio de hoy, se destacan varios rasgos de la personalidad de la gente, que impide podamos conocer y reconocer mejor a Jesús…
Evangelio según san Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados.
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Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
Reflexión:
¿Qué prejuicios tengo sobre Jesús?
Al reflexionar sobre las lecturas de hoy, me vino a la mente, como la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, nos prepara para poder “encontrar a Dios en todo y en todos”; esto, porque aunque obviamente las personas a que se hace referencia las lecturas, no tenían esta preparación, para poder reconocer en Jesús, al enviado del Padre (para sanarnos y salvarnos), muchas personas seguimos teniendo las mismas actitudes (negativas), las cuales hacen que el mensaje de la Palabra de hoy, siga teniendo vigencia:
- Seguimos siendo testarudos, obstinados, incrédulos y rebeldes…
- Nuestra soberbia nos gana, no reconocemos nuestra debilidad…
- No prestamos atención a los mensajes que son para nuestro bien…
Por lo anterior, nuestro corazón y razón se cierran a reconocer la presencia de Dios en nuestra vida, y a entender la buena noticia, igual que les aconteció a los contemporáneos de Jesús; se suman las ideas preconcebidas que tenemos sobre las personas (y sobre Dios) y la incredulidad a lo que nos dicen los predicadores y profetas de nuestro tiempo.
La ayuda para preparar nuestro corazón, nos la dan las mismas lecturas:
- Hay que aprender a escuchar,
- Siendo humildes de corazón,
- Tenemos que perseverar, sin desanimarnos…
Esto es posible, en la medida que vayamos conociendo más a Jesús y su deseo de que estemos bien; si nos dejarnos guiar por el Espíritu, entonces podremos, a pesar de críticas y descalificaciones, permitir que, en nuestras palabras y acciones, den testimonio del mensaje de Jesús, allí donde vivimos, trabajamos y convivimos.
¿Cómo conocer mejor a Jesús y su mensaje?… ¿Cómo evitar desanimarme y ser testigo fiel de Jesús?…¿Como prestar más atención a la presencia de Dios en todo, en todos?
PD. El próximo mes de agosto, comenzamos una nueva tanda de Ejercicios Espirituales en la Vida Ordinaria, informes en: http://bit.ly/ejerciciosOL
Alfredo Aguilar Pelayo
alfredo@ccrrsj.org
RecursosParaVivirMejor
www.ccrrsj.org