El artista francés Julien Durix parece haber encontrado una forma inteligente de honrar al fiel pincel: haciéndolo parte de su arte
Los pinceles son herramientas fiables que ayudan a los artistas a dar vida a su visión. Pero a pesar de toda su utilidad, rara vez tienen la oportunidad de brillar.
El artista francés Julien Durix parece haber encontrado una forma inteligente de honrar esta herramienta atemporal: haciéndola parte de su arte.
Mezclando la pintura con un elemento escultórico, sus representaciones de personajes de la cultura pop se muestran dentro de una pincelada. Pero en lugar de ser dejados de lado después de cumplir su función, estos pinceles gigantes permanecen por encima de la propia pintura como parte de la composición.
Las pinturas escultóricas de Durix son visualmente efectivas con el enorme pincel sobre la cabeza, pero las pinturas en sí mismas son igualmente atractivas, incluso si estuvieran en un lienzo normal.
Sus retratos surrealistas de geishas casan una representación hiperrealista de estas mujeres con la vitalidad de un fondo descuidado a propósito con pintura goteante. Juntos, estos elementos evocan la sensación de que lo que comienza como una serie de líneas desordenadas puede convertirse en algo hermoso, identificable y con significado.
Sus retratos de geishas forman parte de una serie más amplia de pinceles. Si bien los temas van desde Mickey Mouse hasta Muhammad Ali, los hilos conductores de este proyecto son los enormes pinceles salpicados que coronan el lienzo y esas líneas tipo Jackson Pollock que agregan movimiento a la pieza, como si el pintor acabara de crear la obra de arte de un solo trazo, y lo hiciera hace segundos ya que la pintura aún no se ha secado.
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