En Tamaulipas, ‘Alberto’ no es sinónimo de desastre; ‘es una bendición’

Lejos de tomarlo como una amenaza y un desastre, la tormenta «Alberto» debe ser considerada como un bendición, expresó Raul Quiroga Secretario de Recursos Hidráulicos de Tamaulipas.

Lejos de tomarlo como una amenaza y un desastre, la tormenta Alberto debe ser considerada como un bendición, expresó Raul Quiroga Alvarez, Secretario de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social del gobierno del estado de Tamaulipas.

Dentro de una reunión que se realizó el miércoles en Tampico y en el que acudieron la Sedena, Semar, Conagua, Bienestar, Protección Civil Nacional, Estatal entre otras, el funcionario los invitó a ver el meteoro como “un milagro que está a punto de suceder”.

De acuerdo al pronóstico el fenómeno hidrometeorológico tocara tierra la madrugada del jueves entre las costas norte de Veracruz y sur de Tampico.

Quiroga Alvarez dijo tener enormes expectativas con el meteoro pues aliviará de gran manera la sequía que por ocho años está padeciendo Tamaulipas, además aceleraría la relación que hay entre México y Estados Unidos al deberles todavía un millón de metros cúbicos de agua.

Ojala el meteoro llegue alcanzar metas importantes porque Mexico como pais tiene una deuda de mil millones de metros cúbicos con los Estados Unidos y cada vez aprieta mas”.

Consideró que la tormenta no será devastadora pues sus rafagas de vientos son menores. El problema sería la acumulación de agua en las partes bajas de los municipios de los estados.

Dentro de la reunión solicitó a personal de Conagua que cada hora acudan a medir los ríos ante los enormes escurrimientos que van a tener y evitar tragedias en lugares vulnerables.

Por su parte el director de Protección Civil Estatal, Gerardo González De la Fuente aseguró que hasta el momento no se ha registrado daño o pérdida humana. Aceptó que las lluvias han sido fuertes pero en intervalo.   

Bandera negra en playas

La playa Miramar, en Madero, y una de las zonas por donde va entrar la tormenta Alberto fue cerrada y se le colocó la bandera negra.

La Policía Estatal y de la Marina retiraron a los curiosos que acudieron a ver las olas de hasta 2 metros de altura. Un surfista que intentó meterse y que se enfrentó a los policías terminó por ser detenido y enviado a las celdas municipales.

Algunos dijeron no tener miedo sino que iban por gusto ante la esperanza de que las lluvias puedan mitigar la sequía que hay en el sistema lagunario de donde se abastecen.