Alemania vence a Hungría y se convierte en la primera selección en octavos

Los germanos, liderados por Gundogan y Musiala, se imponen en un partido que tuvieron siempre controlado y donde no necesitaron dar el 100 %

El anfitrión en una Eurocopa siempre suscita un interés especial. En cierto modo es el país que más se juega y más quiere demostrar, aunque en este Alemania-Hungría no era fácil para alguien que no sepa nada de fútbol saber donde se estaba jugando el encuentro. Los húngaros sacaron músculo de afición e igualaron las fuerzas de los hinchas germanos, luego en el campo fue otra historia.

No tuvo Alemania que emplearse a fondo para ganar. Encontró los chispazos del pichichi Musiala y el capitán Gundogan además de la eterna inspiración de Manuel Neuer, que a sus 39 años ha hecho historia igualando a Buffon como el portero con más partidos en la Eurocopa y, lo que es aún más sorprendente, sigue estando entre los mejores porteros del mundo. Es como el buen vino el guardameta de la Mannschaft.

El balón fue de Alemania prácticamente todo el rato, aunque las ocasiones más peligrosas las ponía Hungría. Ya en el primer minuto de juego Neuer tuvo que salvar a los suyos después de una falta de entendimiento entre Rudiger y Tah. Primer aviso de que a los de Marco Rossi no les iba a intimidar el escenario.

Poco a poco los germanos fueron instalándose en campo contrario. La dirección de Kroos y Gundogan es una delicia para cualquier equipo y es muy complicado disputarles la posesión. Tampoco era la intención de Hungría, que era perfectamente consciente de que necesitaban sufrir para pelear por un resultado positivo.

Un error de principiante

Tras 20 minutos de buen fútbol y donde los aciertos fueron los protagonistas, apareció un error absurdo que condenó a Hungría. Gundogan, el más listo de la clase, fue al choque con el central húngaro y lo derribó sin falta –Hungría no lo vio así– y se quedó una bola muerta en el área pequeña que a priori iba a ser de Gulacsi. Sin embargo, el portero se quedó parado esperando que el árbitro señalara falta y el centrocampista azulgrana fue más listo que él.

Gundogan recogió el cuero que todos se quedaron mirando y dio un pase de la muerte (con algo de suerte) para que Musiala fusilara a cinco metros de la portería y así adelantar a Alemania, a la que estuvo muy cerca de no durarle ni dos minutos la alegría. Otra vez Neuer se tuvo que vestir de superhéroe para sacar de la escuadra una falta directa lanzada por Szoboszlai y después parar un segundo remate de Bolla tras el rechace.

Ya en la segunda mitad, los de Nagelsmann salieron con la idea de evitar cualquier contratiempo. Sabían los anfitriones de la importancia de sentenciar hoy mismo la fase de grupos y para ello debían hundir aún más la defensa húngara y esperar cualquier desajuste para sentenciar.

Antes, en el descuento del primer acto, a Hungría le anularon un gol por un fuera de juego muy justo y Alemania ya había gastado todas sus vidas. No podían seguir especulando, pues no solo les valía ganar sino que también debían convencer. Aún escuece la eliminación tempranera en el Mundial de Qatar.

Gundogan sirve para todo

El control de Alemania no se transformaba en ocasiones, aunque al final el gol cayó solo. Un buen pase de Kroos para Musiala sirvió para que el atacante del Bayern pusiera un centro raso al punto de penalti, donde Gundogan, llegando desde atrás, cruzó el balón de primeras con su pierna zurda y puso el último clavo en el ataúd de Hungría.

Ese segundo gol mató por completo el partido y ambos conjuntos bajaron la intensidad esperando al pitido final. Alemania no quería hacer sangre y los de Marco Rossi, que todavía se aferran a vencer a Escocia y pasar como una de las mejores terceras, no se podían permitir más goles en contra.