Lo anterior fue detallado por el papa Francisco en una audiencia privada con miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
El papa Francisco señaló este miércoles que la economía liberal no acepta el término “justicia social” y alertó del riesgo que supone “aceptar pasivamente lo que sucede a nuestro alrededor” porque “esto significa dejar crecer las desigualdades sociales y las injusticias”.
Es importante centrarse entre la relación del trabajo digno y la justicia social (…), un término que no es aceptado por la economía liberal, por la economía de punta”, dijo el pontífice en una audiencia privada con miembros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sindicalistas y religiosos.
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Francisco aseveró que un riesgo que se corre en la sociedad “es el de aceptar pasivamente lo que sucede a nuestro alrededor, con cierta indiferencia o bien porque no se está en condiciones de encuadrar problemáticas a menudo complejas y de encontrar respuestas adecuadas a ellas”.
Y esto puede “dejar crecer las desigualdades sociales y las injusticias también en lo que se refiere a las relaciones laborales y a los derechos fundamentales de los trabajadores”.
En su discurso, el papa Francisco trató temas que considera “males sistémicos” en materia laboral que “pueden convertirse en plagas sociales”.
Sobre los migrantes, el papa sostuvo que “a menudo se ven como un problema (…) mientras que, en realidad, al trabajar, contribuyen al desarrollo económico y social del país que los acoge” y señaló que la migración también “viene a ayudar el problema de la natalidad” en el mundo.
Estos países ricos no tienen hijos: todos tienen un perrito, un gato (…), y la migración viene a ayudar el problema de la natalidad. Este es un problema muy grave”, manifestó.
Sin embargo, prosiguió Francisco, “muchos migrantes y trabajadores vulnerables aún no están plenamente integrados en la plenitud de los derechos, son ciudadanos de segunda y quedan excluidos del acceso a los servicios sanitarios, la atención, la asistencia, los planes de protección financiera y los servicios psicosociales”.
Sobre las condiciones de trabajo de las personas, el pontífice apuntó que “es fundamental que estén relacionadas con los impactos ambientales, prestando mucha atención a los posibles efectos en términos de salud física y mental de las personas afectadas, así como de seguridad”.
También destacó la interdependencia entre trabajo y medio ambiente así como con la seguridad alimentaria y recordó que en zonas como la Franja de Gaza y Sudán, zonas “devastadas por la guerra, se encuentra el mayor número de personas que se enfrentan a la hambruna”.