Así llegan los candidatos presidenciables al segundo debate

Este domingo 28 de abril, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Máynez, se enfrentarán en el segundo debate presidencial en rumbo a las elecciones del próximo 2 de junio. En su segundo cara a cara, los candidatos expondrán su visión en cuatro bloques, con dos subcategorías cada uno. Las principales temáticas serán el desarrollo económico, la pobreza, el impulso al empleo y el desarrollo sostenible.

«La ruta hacia el desarrollo de México» es el nombre que el Instituto Nacional Electoral (INE) eligió para el segundo debate presidencial, con sede en la Ciudad de México y que será televisado en cadena nacional a las 20:00 horas (hora local), además de ser transmitido por numerosos canales externos construidos por el INE donde el debate será traducido en tres distintas lenguas originarias.

Tras las críticas populares al formato del primer debate presidencial, el INE anunció que el segundo encuentro público de los candidatos será basado en un ‘Formato B’, basado en la recopilación de preguntas a través de encuestas en las principales plazas públicas de los 32 estados que componen el país. Unas que serán transmitidas a los candidatos por ocho personas del público elegidas aleatoriamente por el INE.

Como en el primer debate, la moderación será responsabilidad de dos periodistas nacionales elegidos por el órgano electoral, que se encargarán de otorgar la palabra a los candidatos y llevar la estructura del debate. Este se dividirá en cuatro bloques temáticos en los que Sheinbaum, Gálvez y Máynez tendrán cinco minutos cada uno.

¿De qué se hablará en el segundo debate presidencial?

El segundo debate presidencial mexicano iniciará con un sorteo para escoger a las ocho personas en la audiencia que serán las encargadas de formular las preguntas ideadas por la ciudadanía y elegidas al azar por la autoridad electoral. Posteriormente, se dará paso a una breve presentación de las candidatas y el candidato, a cargo de los moderadores, Adriana Pérez Cañedo y Alejandro Cacho.

El primer bloque de preguntas es titulado «Crecimiento económico, empleo e inflación» en el que los candidatos contestarán directamente los cuestionamientos del público y expresarán sus propuestas en materia económica. Después, pasarán a hacer lo mismo en el segundo lapso del debate titulado «Pobreza y desigualdad», un tema candente en la agenda política nacional. 

Más tarde, los tres presidenciables contrastarán posturas en los bloques «Infraestructura y desarrollo» y «Cambio climático y desarrollo sustentable», donde compartirán sus respectivos proyectos de nación al respecto.

No se descarta que existan cuestionamientos y críticas directas entre los candidatos, tal como sucedió en la primera edición.

Por último, los candidatos tendrán un espacio de cierre para compartir sus reflexiones finales y, por supuesto, pedir la confianza del electorado mexicano de cara al 2 de junio. 

¿Cómo llegan los candidatos?

El segundo cara a cara electoral ocurre en un contexto en el que la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, tiene una ventaja de más de 10 puntos sobre su principal rival y rostro de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, a quien acusan de no haber podido mermar la popularidad de la oficialista en el primer debate.

Sin embargo, algunos expertos visualizan este ‘segundo round’ como una nueva oportunidad para que Gálvez gane el apoyo popular suficiente para acortar distancias con la exalcaldesa de la capital mexicana.

«La vez pasada, creo que sí perdió la oportunidad, pero la puede recuperar en este segundo debate», explicó Ana Lucía Medina, politóloga y miembro de la organización Sociedad Civil México, para la agencia EFE. Además, remarcó que Gálvez no ha logrado conectar con el electorado más progresista del país, a pesar de haberse postulado como una candidata «de izquierda».

Por su parte, Sheinbaum llega al debate —obligatorio según la ley electoral de México— con una estabilidad en las encuestas previas a la elección, que la sitúan con un 49% de la preferencia popular, muy lejos del 32% que se le otorga a la candidata opositora. La exalcaldesa de Ciudad de México fue la elegida por el movimiento encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para continuar lo que han catalogado como la «cuarta transformación» del país.

Más lejos aún, se encuentra Jorge Máynez, que a pesar de haber irrumpido con fuerza en el imaginario político de la juventud mexicana —con una campaña enfocada en las redes sociales y visitas constantes a diversas universidades del país— no ha conseguido remontar en los índices de popularidad, que lo ponen como último en la contienda con solo el 8% de la intención de voto.