Descubren una variante genética que podría proteger contra el Alzheimer

El estudio liderado por la Universidad de Columbia señaló que retrasaría la aparición de la enfermedad en hasta cuatro años

El descubrimiento de una variante genética que libera al cerebro de las placas tóxicas vinculadas con el Alzheimer podría conducir a nuevos tratamientos para la enfermedad, informan unos investigadores.

La variante surge naturalmente en personas que no parecen contraer la enfermedad de Alzheimer a pesar de tener otro gen, llamado APOEe4, que promueve fuertemente la enfermedad.

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“Estas personas resilientes pueden decirnos mucho sobre la enfermedad y qué factores genéticos y no genéticos podrían proporcionar protección”, explicó el coautor principal del estudio, Badri Vardarajan, profesor asistente de ciencias neurológicas de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

“Planteamos la hipótesis de que estas personas resilientes podrían tener variantes genéticas que las protejan de la APOEe4″, añadió Vardarajan en un comunicado de prensa de la universidad. Los investigadores creen que la variante genética recién descubierta podría reducir el riesgo de Alzheimer en más de un 70 por ciento en las personas que tienen la suerte de portarla.

Rompiendo la barrera hematoencefálica

En su investigación, Vardarajan y sus colegas realizaron un cribado genómico en cientos de individuos que portaban la variante del gen APOEe4, que aumenta en gran medida el riesgo de Alzheimer, pero que habían llegado a la vejez sin desarrollar la enfermedad. Encontraron una variante común compartida por muchas de estas personas. Ocurrió en un gen encargado de producir fibronectina, un componente utilizado para producir la “barrera hematoencefálica”.

Ese es el revestimiento que rodea el cerebro y ayuda a controlar qué sustancias pueden entrar y salir. Las personas que desarrollan Alzheimer tienden a producir unos niveles mucho más altos de fibronectina, anotó el equipo de Columbia. Por el contrario, las personas con la variante genética recién descubierta tenían solo pequeñas cantidades de fibronectina dentro de su barrera hematoencefálica.

Eso significa que ciertas toxinas, incluidas las placas amiloides que son un sello distintivo del Alzheimer, pueden escapar más fácilmente del cerebro en las personas que portan la variante genética recién descubierta.

”La enfermedad de Alzheimer podría comenzar con depósitos de amiloide en el cerebro, pero las manifestaciones de la enfermedad son el resultado de cambios que ocurren después de que aparecen los depósitos”, anotó el colíder del estudio, Caghan Kizil, profesor asociado de ciencias neurológicas del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia.

El exceso de fibronectina podría hacer que todo ese amiloide tóxico permanezca en su lugar. ”Es un caso clásico de demasiado de algo bueno”, dijo Kizil. “Nos hizo pensar que el exceso de fibronectina podría estar impidiendo la eliminación de los depósitos de amiloide del cerebro”.

Las personas con la nueva variante genética pueden tener una especie de “válvula de escape” para permitir que el amiloide se drene en la sangre. ”Nuestros hallazgos sugieren que algunos de estos cambios ocurren en la vasculatura del cerebro y que podemos desarrollar nuevos tipos de terapias que imiten el efecto protector del gen para prevenir o tratar la enfermedad”, dijo Kizil.

¿Aclaración más temprana, mejor tratamiento?

Ciertos medicamentos recientemente aprobados, como Leqembi, crean una respuesta del sistema inmunitario que puede ayudar a eliminar parte del amiloide del cerebro. Pero el efecto es débil y podría llegar demasiado tarde, dijo el colíder del estudio, el Dr. Richard Mayeux, catedrático de neurología de la Universidad de Columbia.

“Es posible que tengamos que empezar a eliminar el amiloide mucho antes, y creemos que eso se puede hacer a través del torrente sanguíneo”, dijo Mayeux. “Es por eso que estamos entusiasmados con el descubrimiento de esta variante en la fibronectina, que puede ser un buen objetivo para el desarrollo de fármacos”.

Los hallazgos iniciales de la cohorte de Columbia de pacientes resistentes al Alzheimer ya se han replicado en un grupo de pacientes similares en Europa. Ese estudio fue dirigido por investigadores de las universidades de Stanford y Washington. ”Encontraron la misma variante de fibronectina, lo que confirmó nuestro hallazgo y nos dio incluso más confianza en nuestro resultado”, anotó Vardarajan.

El número total de pacientes estudiados superó los 11.000, y ese poder estadístico permitió a los investigadores calcular que la variante genética redujo las probabilidades de Alzheimer de una persona en un 71%. Incluso si se desarrollara la enfermedad de Alzheimer, estiman que la variante genética de la fibronectina ralentizó la aparición de la enfermedad en un promedio de cuatro años.