Tres mil antorchistas denunciaron posible ineptitud o complicidad en investigación de asesinato de Conrado, Mercedes y Vladimir
“La violencia que se ha desatado en Guerrero y México es muy grave y clama por un cambio profundo y verdadero; y los cambios sociales, cuando son profundos y nacen de la necesidad histórica, no pueden ser detenidos nunca, a pesar de las intenciones y acciones para descabezar y generar terror.
Sólo el pueblo organizado y educado terminará con la violencia y los asesinatos”, aseguró Homero Aguirre Enríquez, vocero nacional del Movimiento Antorchista, ante más de más de tres mil antorchistas, provenientes de todo el país, que protestaron en Chilpancingo, Guerrero, al cumplirse un año del brutal asesinato de los líderes sociales Conrado Hernández, Mercedes Martínez y su pequeño hijo Vladimir.
Ahí exigieron que las autoridades den con los autores intelectuales y materiales del crimen, que se suma a la larga lista de delitos que se comenten en toda la nación y que exigen un verdadero cambio en la forma de hacer justicia por parte de las autoridades.
Aguirre Enríquez, que junto con integrantes de la Dirección Nacional de Antorcha, que encabezaron la protesta y el evento, fue enfático al señalar que esta exigencia ha llegado a todos los órganos de gobierno quienes, a pesar de sus condolencias, no han mostrado avances en la detención de los culpables, y las investigaciones solamente han demostrado que los antorchistas asesinados no tenían ningún vínculo con la delincuencia, ni habían acumulado bienes, ya que vivían modestamente en las colonias y pueblos donde organizaban a la gente y le hablaban de sus derechos a vivir mejor y la urgencia de luchar por un país sin pobreza.
