El crimen reabre el debate sobre la discriminación y la violencia hacia las personas con discapacidad
Un crimen atroz conmociona a la provincia de Formosa. Un hombre, identificado como Carlos Lovey (42 años), asesinó a puñaladas a su hijo Zamir (8 años), quien tenía una discapacidad motriz, y luego se suicidó de un escopetazo.
El crimen ocurrió el pasado miércoles por la madrugada en una vivienda ubicada en el barrio San Roque, en la ciudad de Ibarreta. Zamir fue hallado sin vida con heridas de arma blanca en el brazo y el cuerpo.
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Las primeras pericias indican que el niño murió desangrado. Además, se encontró un video en el que Lovey pide disculpas a su exmujer y madre del menor por lo que iba a hacer.
“Zamir nunca va a lograr ser alguien normal”. “No fue mi intención, pero bueno. Era joven. Soy joven todavía, pero ya no voy a existir más”.
Luego de asesinar a su hijo, Lovey se disparó con una escopeta en la cara. Fue encontrado en la calle en el interior de un auto, gravemente herido. Murió horas más tarde en el Hospital Central de la ciudad.
La víctima del brutal ataque era un niño de 8 años que había nacido prematuro y tenía dificultades motoras en las extremidades inferiores. Su familia había creado una página de Facebook donde mostraban su tratamiento.
