Activistas internacionales y víctimas criticaron al régimen de su país de abusos, arrestos ilegales, violencia económica y bloqueos laborales.
En el régimen fundamentalista iraní, los seguidores de la fe bahá’í han sido perseguidos desde su origen a mediados del siglo XIX. Su situación luego de la Revolución de 1979 se agravó aún más, cuando el Ayatola Jomeini logró encumbrar el islamismo en el poder, denunciaron activistas y víctimas.
Durante la conferencia La persecución de los bahá’ís en Irán es un crimen contra la humanidad, Michael Page, director adjunto de la División de Oriente Medio y África del Norte de Human Right Watch denunció abusos, torturas y asesinatos contra los creyentes de este culto.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
El gobierno autoritario en Irán tiene políticas de persecución contra los bahá’ís, están documentadas en periodos anteriores y posteriores a la revolución. Se ejerce a través de la marginación económica, que es clave en la represión, pero son inimaginables los muchos sectores desde los que se castiga a los seguidores de esta fe”, dijo.
Por su parte, Simin Fahandej, representante de la comunidad bahá’í en Naciones Unidas (ONU) afirmó que este grupo religioso vive en Irán bajo un estrés y shock continuo”.
La situación es tan grave que ni se permite a los bahá’ís enterrar a sus muertos. Una mujer adulta fue detenida y después murió en prisión; a falta de cementerios para ellos, su familia decidió donar sus restos, pero el hospital no los quiso por las creencias que la señora tenía en vida”, denunció.
En el mismo sentido, Ahmed Benchemsi, director de Comunicaciones de la División de Oriente Medio y Norte de África de Human Rights Watch denunció que, desde 1979, los bahá’ís tienen restringido el acceso a empleos, sufren persecución, pérdida de sus propiedades, discriminación y demás violaciones transgeneracionales.
Según la Comunidad Internacional Bahá’í (BIC), ellos son la minoría religiosa no musulmana más grande de Irán, estimada en alrededor de 350 mil personas en el momento de la Revolución Iraní en el año 1979.
Para 1983, las autoridades de ese país prohibieron todas las actividades administrativas y comunitarias de esa comunidad religiosa, criminalizando la pertenencia al grupo.
Al respecto, Sepehr Atefi, periodista iraní de la fe bahá’í denunció su caso.
Después de la revolución, mi hermano y mi padre fueron detenidos. Hoy, mi padre sigue en la misma prisión. Soldados han apuntado con sus armas a mi abuela, a sus nietos, esto sigue sucediendo. Mi familia perdió todo y esto le pasa a muchas familias. Creces con las opciones limitadas.
Desde pequeño recuerdo cómo nuestra creencia era un tabú, te preguntaban a susurro si eras bahá’í. Intelectuales, cineasta son acosados, en los medios puedes ver muchas noticias de arrestos arbitrario a los bahá’ís, muchos que siguen sin juicios o con procesos irregulares”.
La fe bahá’í nació a mediados del siglo XIX en Irán. Bahá’u’lláh, según esta religión, es el último profeta al nivel de Abraham, Krishna, Zoroastro, Moisés, Buda, Jesús o Mahoma.
Para los bahá’ís, todas las religiones son expresiones diferentes de un mismo Dios. A sus templos pueden asistir católicos, musulmanes, budistas o hinduistas que busquen la unidad y la paz entre las naciones del mundo.
En el mundo existen alrededor de 7 millones de practicantes, la mayoría de ellos en India.