“Pobres criaturas”, “La La Land” y más papeles que convirtieron a la ganadora del Oscar en un símbolo del cine moderno
La capital del cine reúne en torno al templo de Hollywood a los llamados a entrar en la vitrina de los inmortales, aquellos destinados a formar parte de la galería de rostros que posan en los pasillos del recinto con eunucos dorados. Se desconoce el paradero de muchas de las vías que llevan a la eternidad; lo que sí es sabido es que, para todo lo relativo a la séptima rama del inmenso árbol que es el arte, Hollywood y los Oscar constituyen una serie de puertas a la Historia. La estatuilla a Mejor Actriz, uno de los picaportes más preciados.
Una década de ensueño. Emma Stone ha ganado por segunda vez la estatuilla a Mejor Actriz por su papel en Pobres criaturas, poniendo rostro al éxito de Lanthimos, justo diez años después de su primera nominación. En 2014 y 2018 fue finalista en la categoría de Mejor Actriz de Reparto por Birdman y The Favourite, respectivamente, y en 2016 demostró a todo Hollywood que era capaz de ser la reina de la industria al alzarse con el Oscar a Mejor Actriz por La La Land.
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Lo ha hecho gracias a la oda a la libertad y al surrealismo que es el filme del cineasta griego. La protagonista es Bella Baxter, una joven hambrienta de mundo que se escapa con un abogado para vivir un periplo libertario; la particularidad de ella es su origen, su motor vital: nace al ser devuelta a la vida por un doctor que mete en su cabeza un cerebro infantil. Una versión victoriana y actual de Frankenstein, del moderno Prometeo, que Stone consigue encarnar con una naturalidad espeluznante.
Cuando Stone subió al escenario y recogió su estatuilla, una mueca de felicidad y se ausencia de preocupación ocupó su cara. Al girarse, el motivo: “Mi vestido está roto”. Explicó que, seguramente, se lo hizo durante la actuación de Ryan Gosling, que interpretó en directo I’m Just Ken