El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dió a conocer en La Mañanera que el diario estadounidense The New York Times está realizando una investigación sobre dinero del narcotráfico que supuestamente recibieron sus hijos y colaboradores cercanos para la campaña presidencial de 2018, en la que fue electo como presidente de México.
- Por la importancia del caso, se publican en la parte baja la versión estenográfica del Presidente de México Andrés Manuel López Obrador
A pesar de que el reportaje no había sido publicado, el mandatario leyó el cuestionario que envió el medio para recoger su versión. López Obrador negó los señalamientos, que parten de una investigación de la DEA (la agencia antinarcóticos de EE UU), y exigió a la Administración de Joe Biden que aclare el asunto. “¿Con qué derecho investigan a un Gobierno legítimamente constituido?”, cuestionó el mandatario, “¿Acaso son el Gobierno del mundo?”. El periódico publicó la nota un par de horas después de la conferencia mañanerade este jueves.
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El presidente expuso que el periódico estadounidense envió un cuestionario para recoger su versión, un requisito necesario antes de la publicación de cualquier reportaje, sobre todo si los señalamientos de la investigación periodística son graves. No es común, sin embargo, que se haga público el cuestionario antes de que la nota sea publicada y suele ser un recurso de los aludidos para blindarse de la información que se expone o para socavar la credibilidad de las investigaciones. López Obrador acusó que el tono de la carta fue “amenazante y prepotente” y tachó al medio de ser un “pasquín inmundo”.
“Es una vergüenza, no cabe duda que este tipo de periodismo está en franca decadencia”, dijo el mandatario, que también hizo públicos los datos personales de la periodista que lo contactó. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) abrió una investigación de oficio por la divulgación del número telefónico de la corresponsal. The New York Times reprobó la reacción de López Obrador a su solicitud de comentarios. “Esta es una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas a periodistas van en aumento”, señaló el diario, que ratificó que respalda el trabajo en cuestión y a los periodistas “que van en pos de la información a donde sea que esta se encuentre”.
El cuestionario refiere que la DEA investigó a los hijos de López Obrador y a miembros de su círculo de colaboradores por recibir millones de dólares de miembros del crimen organizado. En las últimas semanas ya había salido a la luz un reportaje publicado por el periodista Tim Golden en el portal ProPublica sobre otra investigación de la DEA que siguió la pista del financiamiento del narco en la campaña de 2006, la primera vez que López Obrador buscó la presidencia, pero que fue cerrada al no encontrar elementos para perseguir un delito. El mandatario también desacreditó esa investigación y dijo que los señalamientos eran falsos.
Esta segunda investigación está basada en testimonios de informantes, que aseguraron que “aliados cercanos al presidente se reunieron con carteles de la droga”. “Al final, la investigación fue cerrada luego de que autoridades estadounidenses reconocieron que podría provocar un conflicto diplomático con México. En gran parte, la decisión se tomó tras la reacción del Gobierno mexicano cuando Estados Unidos arrestó al general Salvador Cienfuegos en 2020″, se lee en la primera pregunta del cuestionario. “¿Sabía el presidente o miembros de su Gobierno sobre una investigación reciente?”, pregunta el periódico.
En el reportaje titulado “Estados Unidos examinó acusaciones de vínculos del presidente de México con los carteles”, se da cuenta de que Washington investigó durante años posibles nexos de López Obrador con el narcotráfico, aunque no se abrió una causa formal. “Concluyeron que el Gobierno estadounidense tenía poco interés en seguir las acusaciones contra el líder de uno de los principales aliados de EE UU, dijeron tres personas que conocen el caso, pero que no están autorizadas para hablar públicamente”, se lee en la publicación.
“O sea, nos tuvieron miedo porque a México se le respeta”, dijo el presidente. “Todo esto es falso, completamente”, agregó. López Obrador dijo que no sabía de la investigación y reiteró que la información es “falsa”. “Ustedes son unos falsarios, los del New York Times y quienes los mandaron a hacer el reportaje”, respondió cuando el medio le preguntó su opinión en el cuestionario. Desde la investigación de ProPublica, López Obrador ha sostenido que la DEA ha filtrado información para debilitar a su Gobierno e incidir en las elecciones del próximo 2 de junio y ha señalado que no hay pruebas que demuestren vínculos del narco con su Gobierno.
Una de las entregas de dinero fue supuestamente hecha por Ismael El Mayo Zambada, fundador del Cartel de Sinaloa y líder histórico junto a Joaquín El Chapo Guzmán, a un confidente de López Obrador. Estados Unidos acusó la semana pasada a El Mayo por dos cargos de tráfico de fentanilo. “Un informante contó que uno de los funcionarios más cercanos con el presidente se reunió con Ismael Zambada”, se lee en la carta. López Obrador rechazó que las nuevas acusaciones contra El Mayo sean una forma de presionar a su Gobierno. “Aunque los esfuerzos recientes de los funcionarios estadounidenses identificaron posibles vínculos entre los carteles y los colaboradores de López Obrador, no encontraron conexiones directas entre el propio presidente y las organizaciones criminales”, matiza el diario estadounidense.
Otra pregunta se refiere al testimonio de otro informante que señala que uno de los fundadores de los Zetas “pagó cuatro millones de dólares a dos aliados de López Obrador, un ayudante oficial y otro un asesor, con la esperanza de salir de prisión”. En otro extracto, un tercer testigo asegura que hay videos de los hijos del presidente recibiendo dinero del narcotráfico. En el reportaje se asegura que, al margen de las declaraciones de los informantes, funcionarios estadounidenses indagaron sobre transferencias hechas por “por gente que creían que operaban para los carteles” a intermediarios de López Obrador. El medio detalla que al menos una de las transferencias se realizaron durante una visita del mandatario a Sinaloa en marzo de 2020, en la que “se reunió con la madre de El Chapo Guzmán”. “Son unos calumniadores profesionales, de fama mundial”, reviró el presidente.
En el reportaje, las fuentes consultadas por The New York Times achacan la falta de avances en la investigación a que la Casa Blanca buscaba cuidar las relaciones diplomáticas con México, un aliado clave para hacer frente a la crisis migratoria y frenar el tráfico de fentanilo. “La Administración de Biden ha tratado a López Obrador con extremo cuidado, evitando criticarlo públicamente para que altos funcionarios pudieran ser despachados a Ciudad de México y se reunieran con él, y empujaran por esfuerzos sostenidos para enfrentar la migración en privado”, se menciona en la versión original, en inglés. El medio asegura que también influyó el caso que se abrió contra el general Salvador Cienfuegos, secretario de Defensa en el Gobierno de Enrique Peña Nieto. Cienfuegos fue arrestado en octubre de 2020 en Los Ángeles, repatriado a México un mes más tarde y exonerado en enero de 2021, en medio de fuertes roces diplomáticos entre ambos países.
En su conferencia matutina, López Obrador negó que las relaciones bilaterales con Washington se vean afectadas por la investigación, aunque dijo que “el tiempo dirá” si disminuye la confianza entre ambos Gobiernos. “Ahí está su respuesta, vamos a esperar el reportaje”, afirmó. También mandó un mensaje a las autoridades estadounidenses: “El Gobierno de EE UU ahora va a tener que informar”. En los minutos finales de su conferencia matutina de este jueves, el presidente ironizó sobre los señalamientos contra su círculo cercano con una canción de Chico Che: “Uy, qué miedo, mira como estoy temblando”.
New York Times acusa al Presidente de México
De acuerdo a la publicación que diera a conocer hoy el periódico estadounidense, asevera que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, habría sido financiado por cárteles del País, citando que: Funcionarios de la ley estadounidenses indagaron durante años afirmaciones de que aliados del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se habían reunido con cárteles del narcotráfico y recibido millones de dólares luego de que asumió el cargo, según consta en registros de EE. UU. y de acuerdo con tres personas con conocimiento del tema.
La indagatoria, de la que hasta ahora no se había informado, descubrió información que señalaba posibles vínculos entre operadores poderosos de los cárteles y funcionarios y asesores mexicanos cercanos a López Obrador cuando ya gobernaba el país.
Pero Estados Unidos nunca abrió una investigación formal a López Obrador y los funcionarios que estaban haciendo la indagatoria al final la archivaron. Concluyeron que había poca disposición en el gobierno estadounidense para rastrear acusaciones que pudieran implicar al líder de uno de los principales aliados del país, dijeron las tres personas con conocimiento del caso, quienes no tenían autorización de ofrecer declaraciones públicamente.
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López Obrador dijo que lo anterior era “completamente falso”, al responder a las preguntas de The New York Times el jueves. Afirmó que la noticia de la indagatoria no afectaría “de ninguna manera” la relación de México con Estados Unidos, pero que esperaba una respuesta del gobierno estadounidense.
“¿Disminuye eso la confianza que el gobierno mexicano tiene en Estados Unidos?”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa habitual. “Eso el corrido lo dirá”.
El Estado mexicano ha sido infiltrado por los cárteles de la droga desde hace mucho tiempo, desde los niveles más bajos hasta las altas esferas del gobierno. Sobornan a la policía, manipulan alcaldes, reclutan a altos funcionarios y dominan amplias zonas del país.
No obstante, aunque los esfuerzos recientes de los funcionarios estadounidenses identificaron posibles vínculos entre los cárteles y los asociados de López Obrador, no hallaron conexiones directas entre el presidente en sí y organizaciones delictivas.
Las autoridades estadounidenses declinaron hacer comentarios.
Buena parte de la información recolectada por los funcionarios estadounidenses provenía de informantes cuyos testimonios pueden ser difíciles de corroborar y en ocasiones resultan ser incorrectos. Los investigadores de EE. UU. obtuvieron la información mientras seguían las actividades de los cárteles del narcotráfico, y no está claro qué tanto de lo que los informantes les dijeron fue corroborado de manera independiente.
Por ejemplo, los registros muestran que un informante le relató a los investigadores estadounidenses que uno de los confidentes más cercanos a López Obrador se había reunido con Ismael Zambada García, uno de los altos líderes del Cártel de Sinaloa, previo a su victoria en las elecciones de 2018.
Otra fuente les dijo que, luego de que el presidente fue elegido, uno de los fundadores del conocido y violento grupo de los Zetas pagó 4 millones de dólares a dos de los aliados de López Obrador con la esperanza de que lo liberaran de prisión.
Los investigadores consiguieron información de una tercera fuente que sugería que los cárteles del narcotráfico tenían videos de los hijos del presidente recibiendo lo que se describió como dinero del narco, según consta en los documentos.
López Obrador negó todas las acusaciones hechas por los informantes.
Los agentes de la ley estadounidenses también lograron rastrear por su cuenta pagos de dinero de personas que se creía eran operadores del cártel a intermediarios de López Obrador, dijeron dos personas con conocimiento de la investigación.
Al menos uno de esos pagos, dijeron, se efectuó más o menos al mismo tiempo que López Obrador se trasladó al estado de Sinaloa en marzo de 2020 y se reunió con la madre del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, conocido como el Chapo, quien ahora cumple con una sentencia de cadena perpetua en una prisión federal estadounidense.
Hace más de una década, una investigación distinta dirigida por la Administración de Control de Drogas (DEA por su sigla en inglés) descubrió denuncias de que el narco había donado millones de dólares a la primera e infructuosa campaña presidencial de López Obrador en 2006. Esta investigación previa, que fue dada a conocer el mes pasado por tres medios de comunicación, se cerró y no derivó en presentar cargos.
Para Estados Unidos, perseguir cargos penales contra altos funcionarios extranjeros, es algo inusual y complejo. Sería especialmente complicado armar un caso legal contra López Obrador. La última vez que Estados Unidos presentó cargos penales contra un alto funcionario mexicano terminó por retirarlos luego de que la detención causara una desavenencia diplomática con México.
El gobierno de Joe Biden tiene un enorme interés en el manejo de su relación con López Obrador, quien es considerado una figura indispensable para contener el aumento del flujo migratorio que se ha convertido en uno de los temas más contenciosos de la política estadounidense. Es una de las principales preocupaciones de los votantes de cara a las elecciones presidenciales estadounidenses de este otoño.
México también es un importante socio comercial de Estados Unidos y el colaborador más importante en los esfuerzos del país para ralentizar el cruce de drogas ilícitas como el fentanilo por la frontera sur.
Las agencias de aplicación de la ley de EE. UU. tienen competencia para investigar y presentar cargos contra funcionarios de otros países si es que logran mostrar una conexión con los estupefacientes que cruzan la frontera hacia Estados Unidos.
Si bien es poco común que los agentes estadounidenses vayan tras altos funcionarios extranjeros, no es inédito que lo hagan: esta semana comenzó en el Tribunal Federal del Distrito de Manhattan el juicio por narcotráfico contra Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras.
Fiscales federales en Nueva York también lograron que Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, fuera declarado culpable el año pasado por un caso de corrupción. Los fiscales convencieron al jurado de que García Luna había aceptado millones de dólares en sobornos de los violentos cárteles de la droga a los que debía perseguir.
Aunque los esfuerzos para indagar a López Obrador ya no están activos, la revelación de que agentes estadounidenses examinaran en secreto denuncias de corrupción contra él y sus ayudantes en sí misma podría ser dañina.
El mes pasado, reportes periodísticos, entre ellos uno de ProPublica, sobre una indagatoria estadounidense de 2006 al financiamiento de campaña —en unas elecciones que no ganó— suscitaron revuelo en México.
López Orador condenó públicamente los reportajes e insinuó que intentaban influenciar las elecciones presidenciales del país de junio, en las que su protegida, la exjefa de gobierno de Ciudad de México Claudia Sheinbaum, lidera las encuestas para sucederlo. Insinuó que dichos artículos podrían complicar las conversaciones en materia de migración y fentanilo con el gobierno de EE. UU. y dijo que estaba considerando no recibir al asesor de seguridad nacional de Biden para un encuentro planeado en la capital mexicana.
“¿Cómo vamos a estar sentados en la mesa hablando del combate a la droga si ellos, o una institución de ellos, está filtrando información y dañándome?”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina días después de la publicación de los reportajes.
Luego de que Biden llamó a López Obrador y calmara la tensión, la secretaria de Relaciones Exteriores de México dijo que el asesor de seguridad nacional de EE. UU. le había asegurado a México que “este es un tema cerrado para ellos”.
El gobierno de Biden ha manejado con mucho cuidado a López Obrador y ha evitado criticarlo en público, prefiriendo, en cambio, enviar en repetidas ocasiones a altos funcionarios a Ciudad de México para que se reúnan con él e insistan en privado que continúe con el control migratorio.
La decisión de dar carpetazo a la indagatoria reciente , según las personas familiarizadas con ella, fue en gran medida causada por el desmoronamiento de otro caso distinto y muy contencioso. En los últimos meses del gobierno de Donald Trump en 2020, autoridades de EE. UU. presentaron cargos contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda, quien fungió de 2012 a 2018 como secretario de la Defensa Nacional de México.
En una acusación federal, hecha pública en Nueva York luego de una investigación de varios años denominada “Operación Padrino”, los fiscales señalaron a Cienfuegos de emplear la influencia de su oficina para brindar ayuda a un violento grupo delictivo llamado el cártel H-2 en la realización de operaciones de narcotráfico.
Su detención en el aeropuerto de Los Ángeles causó indignación al interior del gobierno mexicano, en especial entre los líderes de las fuerzas armadas, que durante el mandato de López Obrador han asumido mayores responsabilidades y más poder.
El presidente de México dijo que la acusación se “fabricó” en EE. UU., y su gobierno dio a conocer más de 700 páginas de comunicaciones interceptadas por agentes estadounidenses que presuntamente indicaban actividades delictivas pero que fueron descalificadas como no concluyentes.
La DEA, que ya tenía un historial accidentado como protagonista de una guerra contra las drogas considerada inútil y sangrienta, sufrió un tremendo golpe en su relación con el gobierno mexicano.
Apenas unas semanas después de la detención, el Departamento de Justicia de EE. UU., muy presionado por López Obrador, dio marcha atrás y desestimó la acusación para enviar a Cienfuegos de regreso a México.
El episodio no solo afectó acuerdos de seguridad de larga data entre ambos países, sino que también dejó una profunda impresión en los funcionarios de la ley al norte de la frontera, muchos de los cuales vieron el caso fallido como un relato aleccionador sobre esfuerzos similares contra otros funcionarios mexicanos de alto rango.
Versión estenográfica del Presidente de México Andres Manuel López Obrador
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: ¡Ah!, no. Bueno, la mala, la mala. Les voy a dar el antecedente, porque esto es muy importante: estamos tratando estos temas así, con toda transparencia, porque el propósito es ir orientando, concientizando a toda la población en el marco de lo que llamamos la revolución de las consciencias. Antes la política, como lo hemos dicho muchas veces, era asunto de los políticos, no asunto de todos.
Y nosotros queremos que todo el pueblo se siga informando, porque antes se ocultaba información, se desconocía mucha información y por eso era más fácil la manipulación con el control de los medios, era el modus operandi de los que se sentían dueños de México, de la oligarquía en México, pero también en el mundo, el control mediático.
Incluso últimamente se empezó a hablar de los golpes de Estado blandos, que ya no se llevan a cabo para derrocar gobiernos, legal, legítimamente constituidos, democráticamente constituidos mediante una asonada, la toma de poder de los militares, un golpe de Estado, sino van creando condiciones de rechazo de la población hacia el gobierno que no les conviene. Y luego, ya sea utilizando al Poder Judicial o al Poder Legislativo, o utilizando incluso a poderes extranjeros, destituyen a la autoridad de un país.
Nosotros tenemos que estar muy atentos a eso, porque se está llevando a cabo una transformación en el país y la gente, ya lo vamos a ver más tarde, está muy contenta y está respaldando al gobierno; sin embargo, como es natural, obvio, los de arriba están muy molestos y hay no sólo una oposición conservadora en México, sino hay una especie de internacional del conservadurismo, hay vínculos entre todos los agrupamientos conservadores en el mundo, y también intervienen gobiernos extranjeros para financiar todas estas acciones en contra de los gobiernos populares.
Hace poco salió un reportaje en contra mía de un periodista supuestamente muy profesional, premiado, Tim Golden, que fue periodista del New York Times. Y se piensa que —o antes, ahora menos— que, si es New York Times, si es el Washington Post, el Financial Times, el Wall Street Journal, son medios profesionales, independientes, objetivos. Nada de eso; así como existe aquí el Reforma, que está al servicio del conservadurismo, así el New York Times y todos. De repente sale un reportaje, decía yo, en contra, con la falsedad de que nos dieron dinero para la campaña del 2006 los del grupo Sinaloa, narcotraficantes de Sinaloa. Y hace unos días, bueno, ya respondimos. Nunca presentaron pruebas.
Además, muy tramposos, sin ética, porque el titular se cubre, queriendo engañar, pone el titular con signos de interrogación. No sé, palabras más, palabras menos: ‘¿El presidente López Obrador recibió dinero de la delincuencia de Sinaloa?’, pero le pone signos de interrogación, o sea, como quién sabe.
Sí, nada más que ese titular y la nota, que no trae absolutamente ninguna prueba, nada, sale ahora porque van a haber elecciones en México y también elecciones en Estados Unidos, y la difunden en todo el mundo, al grado de que la mención ‘AMLO narcotraficante’ o ‘presidente narco’ llega a reproducirse más de 200 millones de ocasiones, 200 millones de veces en el mundo, en las redes.
Y se demuestra de que es todo un operativo con bots, con robots; o sea, son publicistas mercenarios, igual que el periodista, con sistemas automatizados. Y se demuestra fácilmente porque en vez de poner ‘Andrés Manuel López Obrador’, por decir algo, alguien se le va y pone al revés; o pone, en lugar de ‘López’, ‘Lípez’, o algo así, y eso mismo, ese error se reproduce en millones. No puede ser que, si fuesen personas, todos se equivocaran, en vez de poner ‘López’, ‘Lípez’, ¿no? Entonces, muy evidente.
Hace como unos 15 días me… bueno, desde hace algún tiempo me pidió una entrevista una periodista que estaba en una red de Rusia. Ella es de origen ruso y ahora está en un programa independiente en España. Y me cae muy bien porque es independiente, muy contrario a lo que dicen los conservadores de México y de Estados Unidos y del mundo, que la acusan de agente de Rusia. Pues no, yo la considero muy buena periodista. Además, se va a España y allá inician un programa de televisión, con muy poca presencia porque es un medio alternativo, ya ustedes saben bien cuánto cuesta posicionarse cuando se hace periodismo independiente.
Por ese hecho, por ser muy buena periodista, por ser un medio independiente, pequeño, pero objetivo, profesional, contrario a los medios convencionales, decido darle una entrevista a ella, como un reconocimiento a esos medios, que es a los que hay que apoyar, no a los medios convencionales de siempre que pertenecen a las mafias del poder económico o del poder político en el mundo, esos periódicos famosos, las grandes cadenas de televisión, muy controladas y muy vinculadas también a las agencias del gobierno de Estados Unidos, muy vinculadas, muchos de ellos agentes, además de mercenarios, informantes.
Ahí tienen el caso del New York Times, Assange les dio la información, la publicaron y se quedaron callados, y siguen sin decir nada a favor de Assange. Nosotros vamos a seguir demandando la libertad de Assange, esa es nuestra postura, porque es una gran injusticia lo que se está cometiendo con la libertad de expresión en el mundo.
Imagínense la paradoja, quienes hablan de la libertad y tienen a la Estatua de la Libertad, en Nueva York, están atentando, en ese caso y en otros, contra la libertad. No sé si deberían de regresar la Estatua de la Libertad a Francia, o colocarla en México porque aquí sí hay libertad. Me refiero al caso de Assange.
Bueno, le doy la entrevista. ¡Ah!, antes que se da a conocer que voy a darle la entrevista a Inna, Dolia Estévez, que está en Estados Unidos, que es periodista conservadora, vinculada al gobierno de Estados Unidos y desde luego a la derecha de México; Sarukhán, que fue embajador de Calderón en Estados Unidos, también del mismo bloque, Sarukhán participó en el fraude electoral del 2006, hay pruebas, él y el cuñado de Calderón, Hildebrando, trabajaron en todo el sistema de cómputo para el fraude del 2006 cuando nos robaron la Presidencia; y Jorge Castañeda, que es igual, del mismo bloque, asesor de Claudio X. González, que es el jefe de la campaña que impulsa, no puedo mencionar, una candidatura; entonces, empiezan a decir: ‘¡Cómo Andrés Manuel!’ o ‘!cómo el presidente!’ ‘¡Qué barbaridad, le va a dar a una gente de Putin, una entrevista a una rusa!’ ‘¿Y por qué no se la da a Loret, o a Krauze, o Aguilar Camín, o a Dolia, o a cualquier otro?’, en fin, que son muchísimos. ‘¿Por qué a ella?’
Me gustaría que pusieran un fragmento donde me pregunta… Por cierto, se las recomiendo, la entrevista. Les va a llevar algún tiempo porque fueron como dos horas y hablamos de todo. A ver si pones un fragmento donde hablo del New York Times y del periodista premiado.
Bueno, mientras encuentran el fragmento, pues lo que digo es que el periódico este, el New York Times, no deja de ser un pasquín. Y no les gustó porque ayer la corresponsal del New York Times envía a Jesús un cuestionario, pero en un tono, que ahora lo van a ver, amenazante, prepotente, dándonos a conocer que están haciendo una investigación con información de la DEA en donde gentes vinculadas a mí recibieron dinero, ya no en el seis; en el 18. Incluso, que entregaron dinero a mis hijos. Y que le daban creo que hasta las cinco de la tarde, un ultimátum a Jesús para que contestara, lo que vamos a ver ahora.
Entonces, le dije a Jesús: No, vamos a contestar en la mañana y vamos a ver qué cosa es lo que están preguntando y lo que están sosteniendo para informar.
Pero primero vamos a… Esto fue lo que se publicó antier.
(INICIA VIDEO)
INNA AFINOGENOVA, PERIODISTA: Volviendo un poco a Francisco I. Madero también, y quería hablar de la prensa y la relación con la prensa, usted ha dicho que desde, precisamente, tiempos de la presidencia de Francisco I. Madero la prensa no se ha obstinado tanto en atacar a un gobierno. Bueno, usted ha pasado por unas campañas desde el desafuero hasta las campañas de 2006, en 2012, ya me acuerdo, en 2018, la Operación Berlín, muchísimas manipulaciones mediáticas. ¿Cómo lo ha sentido usted a lo largo de estos seis años y a lo largo también de su carrera política esos ataques de la prensa?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Pues se padece mucho, porque el conservadurismo o la derecha en México, y en el mundo, se apoyan mucho en lo mediático y les es fundamental, y eso hay que combatirlo, porque sigue vigente la máxima de Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler, que una mentira que se repite muchas veces puede convertirse en verdad, y es lo que usan los dueños de los medios, que yo ya no les llamo de comunicación, sino de manipulación, la mayoría de los medios; hay honrosas excepciones en México, y en el extranjero porque no es un asunto de México.
Nos acaba de pasar algo, por ejemplo…
INTERLOCUTORA: Sobre eso le iba a preguntar, las informaciones que salen sobre supuestos financiamientos del narco en la campaña de 2006.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Sí, sí, sí, vino un periodista famosísimo, premiado en Estados Unidos, del New York Times, imagínate, New York Times, que no deja de ser un pasquín al servicio de grupos de intereses creados. Este señor, premiado dos veces. ¿Cómo se llama el premio?
INTERLOCUTORA: Pulitzer.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Pulitzer.
INTERLOCUTORA: El más importante.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: El más importante, sí.
Bueno, este señor viene y hace un reportaje, que pone o que encabeza, con signos de interrogación: ‘¿Recibió el presidente López Obrador apoyo del narco en el 2006?’, con signos de interrogación. Fíjate lo mañoso, lo tramposo. ¿Qué periodista serio puede hacer eso?
INTERLOCUTORA: Muchos lo hacen.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, pero no un periodista serio. Bueno, es que es parte de la decadencia, sí, del noble oficio del periodismo.
INTERLOCUTORA: Periodistas que salieron a decir y a avalar estas informaciones tienen prestigio y son considerados serios.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Ah, sí, porque… Cómo no van a tener prestigio, si le sirven mucho a la oligarquía, a los que se creen los dueños del mundo. Son empleados, al final de cuentas, mercenarios. Ese señor, con esos premios, actuó como un mercenario.
Tú eres periodista. Dime qué interés puede tener, si ya fuiste premiada… Ojalá nunca te den ese premio.
INTERLOCUTORA: No me lo van a dar, no creo.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Si ya fuiste premiada, ¿a qué vienes cuando van a haber elecciones en México, a decir ‘se abrió una investigación en el 2006?’ Porque supuestamente el grupo de Sinaloa de la delincuencia organizada, le entregó a gentes, a personas cercanas a López Obrador dos millones de dólares para la campaña, y esa su nota.
INTERLOCUTORA: Entre preguntas también.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Si. Y entonces, que sí hacen la investigación, pero que luego llegan a la conclusión de que no hay pruebas. Bueno, y si no hay pruebas, y tú mismo lo estás diciendo que no tienes pruebas, ¿por qué publicaste? O sea, ¿de parte de quién?
INTERLOCUTORA: ¿Y de parte de quién?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Pues de oligarcas, conservadores y de posiblemente gente de la DEA, porque antes las organizaciones del gobierno de Estados Unidos entraban y salían por México y hacían lo que querían, no respetaban nuestra soberanía los miembros de las agencias del gobierno de Estados Unidos.
Entonces, se puso orden en eso. Tenemos una relación de respeto, pero en un pie de igualdad, porque México es un país independiente, es un país soberano, no somos colonia de ningún país extranjero.
INTERLOCUTORA: ¿Puede ser esto…?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Puede ser eso.
INTERLOCUTORA: ¿Como injerencia, entonces, de Estados Unidos directamente en la campaña electoral?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Sí, sí lo hacen, lo están haciendo porque hemos demostrado que agencias de Estados Unidos, estas de las que ayudan a las autodenominadas organizaciones no gubernamentales, o independientes, o de la sociedad civil, entregan dinero del gobierno de Estados Unidos
INTERLOCUTORA: Usaid.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Sí, sí, le entrega dinero a una organización que está en contra de nosotros aquí del conservadurismo, una organización que encabeza Claudio X. González.
INTERLOCUTORA: Mexicanos Contra la Corrupción.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Sí, yo digo ‘Mexicanos a favor de la corrupción’. Entonces, sí son muy injerencistas, es una manía, pero hemos podido poner orden y demostrar de que se manipula mucho. Afortunadamente, volvemos a lo que te decía al principio: como ha cambiado la mentalidad del pueblo, el pueblo de México es uno de los pueblos más politizados del mundo, entonces ya no tiene efecto nada de eso.
INTERLOCUTORA: ¿Las mañaneras han tenido…?
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Han ayudado mucho.
PREGUNTA: Influencia en esto.
¿Usted sabe que es el streamer hispanohablante más seguido del mundo?
(FINALIZA VIDEO)
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Hasta ahí.
Vamos a ver —para que vean cómo han ayudado las mañaneras— vamos ahora a leer lo del ultimátum del New York Times, de la corresponsal en México del New York Times.
¿A qué hora recibiste el documento?
JESÚS RAMÍREZ CUEVAS, COORDINADOR GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y VOCERO DE PRESIDENCIA: En la mañana.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: En la mañana ¿Y te pusieron a las…?
JESÚS RAMÍREZ CUEVAS: A las cinco de la tarde era el momento para responder, ya estamos fuera de tiempo.
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: A ver. No, pero todo completito aquí.
‘Estimado Jesús’. Ay, ay, ay, cómo te quieren.
‘Le saluda Natalie Kitroeff, jefa de la corresponsalía del periódico New York Times en México. Quiero informarle que estamos trabajando en un reportaje sobre una investigación que realizó el gobierno de Estados Unidos —esto está interesante, porque el gobierno de Estados Unidos ahora va a tener que informar— un reportaje sobre una investigación que realizó el gobierno de Estados Unidos durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, distinta a la investigación de la DEA —o sea, otra, a la que hizo referencia el premiado— distinta a la investigación de la DEA que se hizo pública hace unas semanas y que sólo analizó su campaña de 2006’ Quiere decir que me han dado seguimiento, porque esta es otra.
‘Por este medio, solicitamos sus comentarios sobre el reportaje. Tenemos hasta las 17:00 horas, hoy, el 21 de febrero —los comentarios— para incluirlos en el artículo. Puede contactarme por correo o por teléfono a estos números: 55 4766 8033.
‘A continuación, mis preguntas:
‘Uno. La investigación de autoridades estadounidenses, basada en testimonios de informantes y transferencia de dinero, indagó alegatos en que aliados cercanos al presidente —aliados cercanos al presidente— se reunieron con cárteles de la droga y recibieron millones de dólares del narco.
‘Al final, la investigación fue cerrada —igual que la otra, ¿no?, pero esta fue reciente— fue cerrada luego de que las autoridades estadounidenses reconocieron que podría provocar un conflicto diplomático con México. En gran parte, la decisión se tomó tras la reacción del gobierno mexicano cuando Estados Unidos arrestó al general Salvador Cienfuegos en 2020’. O sea, nos tuvieron miedo, porque a México se le respeta. Todo eso es falso, completamente falso.
‘¿Sabía el presidente o miembros de su gobierno sobre una investigación reciente?’
No, porque es falso lo que sostienen.
‘De ser así, ¿qué reacción hubo dentro de Palacio Nacional?’
Pues nada, la nada.
‘En caso de que sea la primera vez que escuchan de esto, ¿qué opinión les merece?’
Nada, de que ustedes son unos falsarios, los del New York Times y quienes les mandaron a hacer el reportaje.
‘Dos. Según documentos que examinamos y entrevistas que tuvimos con gente cercana a la investigación —a la investigación que hizo el gobierno de Estados Unidos, un informante contó que uno de los confidentes más cercanos del presidente se reunió con Ismael Zambada García, uno de los principales capos del cártel de Sinaloa, antes de las elecciones del 2018. ¿Cómo responden a ese testimonio?’
¿Cuál es el testimonio? Vamos a esperar. Claro que es falso, completamente.
‘Tres. Otro informante relató que, tras la elección del presidente—después de que ganamos—, uno de los fundadores del cártel de Los Zetas pagó cuatro millones de dólares a dos aliados de López Obrador, uno de ellos un ayudante oficial y el otro un asesor no oficial —vamos a ver quiénes son— con la esperanza de salir de prisión. ¿Cómo responden a ese testimonio?’
Pues que es otra calumnia y que el New York Times… Es mucho mejor el Reforma, mucho mejor el Reforma. No, este está al nivel de Alarma!
‘Cuatro. Un tercer informante contó a los investigadores…’ De veras que ni… En ninguna parte, porque no quiero… hay pasquines así, inmundos. Recuerdo los pasquines del recurso del método de la novela de Carpentier, pero estaban mejor los que aparecían pegados en las puertas de las casas.
‘Cuatro. Un tercer informante contó a los investigadores —no sé si del gobierno de Estados Unidos o a los del New York Times, hay que ver, ¿no?, porque debe de ser los mismos— que los cárteles estaban en posesión de videos que mostraban a los hijos del presidente recibiendo dinero procedente del crimen organizado. ¿Cómo responden a estos testimonios?’
¿Dónde están los videos? Es una vergüenza. No cabe duda que este tipo de periodismo está en franca decadencia. Es un pasquín inmundo el New York Times.
‘Cinco. La investigación —no sé si del periódico o del gobierno— también rastreó independientemente pagos de miembros del crimen organizado a intermediarios del presidente. Al menos uno de esos pagos ocurrió más o menos al mismo tiempo que el presidente viajó a Sinaloa en marzo de 2020 para reunirse con la madre de Joaquín Guzmán Loera’. O sea, fui a buscar el dinero; o fuimos porque mientras yo me entrevistaba con la señora, el que fue conmigo recibió el moche.
Pero fíjense la distorsión, la mala leche: ‘Al menos uno de esos pagos ocurrió más o menos al mismo tiempo que el presidente viajó a Sinaloa en marzo de 2020 para reunirse’. O sea, yo viajé a Sinaloa para reunirme con la madre de Joaquín Guzmán Loera, yo fui a reunirme con la madre de Joaquín Guzmán Loera, cuando fui a supervisar un camino que se construyó —que, por cierto, ya hasta lo inauguramos— de Badiraguato a Guadalupe y Calvo, Chihuahua.
Y en el campamento, en la supervisión, pero además pública, estaba la señora que quería hablar conmigo para entregarme una carta en la camioneta, una carta para que le ayudara a que una de sus hijas pudiese visitar a su hijo en Estados Unidos en la cárcel y que yo le ayudara con el gobierno de Estados Unidos.
Me dio la carta, me bajé, porque ella ya estaba mayor, me bajé, la saludé y me entregó la carta. Y la carta se la entregué al secretario de Relaciones Exteriores para que hiciera los trámites en la embajada del Gobierno de Estados Unidos en México, con el propósito de que le dieran la visa para que fuera a visitar a su hermano, a su hijo. No, a su hermano, porque la solicitaba para una de sus hijas.
‘¿El presidente estaba enterado de estas transferencias de dinero u ocurrieron a sus espaldas?
‘¿A cambio de qué podría haberse dado esos pagos?
‘Seis. Cuando se publicaron los trabajos de ProPublica —de este premiado— sobre supuestas conexiones del crimen organizado a la campaña de 2006 de López Obrador, el presidente dijo ‘¿cómo vamos a estar sentados en la mesa hablando del combate a la droga, si ellos o una institución de ellos está filtrando información y dañándome?’, en la mañanera del 1º de febrero’. Palabras más, palabras menos, sí expresé esto.
Y cuando vino la comisión tenía yo pensado no verlos, pero se han portado muy bien, sobre todo la asesora en asuntos de seguridad del presidente Biden, y hablé con ella, y ya después se llevó a cabo la reunión. Y cuando hablé con ella, lo primero que me dijo fue: ‘Nosotros no tenemos nada que ver con esto. Lo que sucedió lo lamentamos mucho. Esa es una investigación cancelada, que nunca tuvo ninguna importancia’. Pero ahora quiero que me digan sobre esta nueva. ¿No lo sabían?
‘¿De qué manera esta nueva relación podría afectar las relaciones bilaterales y los esfuerzos conjuntos entre ambos países?’
De ninguna manera, no pueden afectar, si es que estamos obligados a mantener buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, porque somos socios, los principales socios económicos comerciales; porque tenemos una vecindad, una frontera de tres mil 180 kilómetros; porque viven 40 millones de mexicanos, viven y trabajan honradamente en Estados Unidos, y porque la política se inventó, entre otras cosas, para evitar la confrontación. Claro que vamos a seguir manteniendo una buena relación, nada más que vamos a seguir hablando del tema, eso sí.
‘¿Disminuye esto la confianza que el gobierno mexicano tiene en Estados Unidos?’
¿Por qué? ¿O por qué no, eso? Eso el corrido lo dirá. Yo espero que el gobierno de Estados Unidos exprese algo, manifieste algo. También, si no quieren decir nada, si no quieren actuar con transparencia, es su asunto; pero cualquier gobierno democrático, defensor de las libertades, tendría que informar.
‘¿Hay algún otro comentario que el presidente o usted quisiera agregar?’
Sí, que son unos calumniadores profesionales de fama mundial.
‘Muchas gracias por su atención. Le recuerdo que esperamos sus respuestas —o sea, para que no se le vaya a olvidar— a las 7:00 —digo, a las cinco— 17:00 horas —cinco de la tarde— hoy, el 21 de febrero.
‘Saludos.’
Entonces, ya está la respuesta. Vamos a esperar el reportaje